Dépor, ajos, gallinas negras y calaveras

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

Un ajo sobre el césped de Riazor en un partido contra el Málaga del año 2016.
Un ajo sobre el césped de Riazor en un partido contra el Málaga del año 2016. MARCOS MIGUEZ

Es posible que la suerte de Riazor esté en manos de Perú y Camerún desde aquel 15 de junio de 1982. Países amigos, gracias a Dios

11 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La relación del estadio de Riazor con la suerte y el realismo mágico no empezó cuando la afición decidió que era conveniente lanzar ajos al campo para espantar o meigallo. Tampoco en tiempos de la adivina que venía a despachar con Javier Irureta en vísperas de partido, ni por la costumbre del entrenador de alojarse en las habitaciones pares de los hoteles, entre otras supersticiones.

No, no, el vínculo definitivo entre estadio y esoterismo lo alumbra el Mundial 82, del que se cumplen estos días 40 años y del que se jugaron tres partidos en el coliseo coruñés. Uno de ellos, el Perú-Camerún, fue un doble duelo: el de los jugadores en el campo y el de los chamanes en la grada.

Los hechiceros africanos, según detalló La Voz de Galicia, anunciaron que habían sumergido fotografías de los futbolistas rivales... en sangre de gallina negra. Oh, my God! En ningún momento se explicó cuáles eran sus inefables efectos, pero lo cierto es que el asunto de los pollos no les hizo ni pizca de gracia a los peruanos. Contraatacaron sus chamanes, que se plantaron en Riazor con un montón de pócimas, estatuillas, una matraca que barría los malos espíritus y —esta era la clave de bóveda— ¡una calavera recién desenterrada! Tampoco trascendieron muchos detalles sobre sus poderes, que debían de ser formidables.

Comprenderán los devotos de los ajos que poco plan tienen los entrañables bulbos frente a armas tan poderosas y que es posible que la suerte de Riazor esté en manos de Perú y Camerún desde aquel 15 de junio de 1982. Países amigos, gracias a Dios.

Los poderes de gallina negra y calavera se neutralizaron y aquel partido, claro, acabó 0-0. Un empate, por cierto, que al Dépor le valdría esta tarde para ascender.