Aquellas norias de los ochenta

Javier Becerra
Javier Becerra CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Hubo un tiempo en el que este tipo de atracciones eran una constante en A Coruña. Los barrios rivalizaban entre sí y se generaba un orgullo particular de residir en donde se celebraban las mejores fiestas

03 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Tendremos en A Coruña «la noria más grande de España». Ya la hemos visto en fotos. Imágenes que generaron un viaje en el tiempo bidireccional. Hacia delante, vislumbrándola en funcionamiento. Y hacia atrás, pensando en las otras norias del pasado. Hubo un tiempo en el que este tipo de atracciones eran una constante en A Coruña. Los barrios rivalizaban entre sí y se generaba un orgullo particular de residir en donde se celebraban las mejores fiestas. La palma se la llevaban Os Mallos. Allí —al margen de las de María Pita— tenían lugar las fiestas más grandes. ¿Lo dudan? Pregunten a los más viejos del lugar y les dirán.

Al principio del verano el tramo de la ronda de Outeiro que va desde la calle San Vicente hasta el puente de la Sagrada Familia se convertía en gran parque de atracciones. Siempre con las últimas novedades. Además de los tiovivos, tiro al blanco y tren chuchú, asistimos a la irrupción de las carreras de camellos, las voladoras, el saltamontes y aquel artefacto del demonio que era como una sartén que te convertía en el ingrediente de un salteado. Días grandes. A los niños les sudaban las manos con las monedas dadas por el abuelo pensando en dónde se iban a montar.

La estrella era la noria. Un año (calculo que a finales de los ochenta) la vendían también como la más grande de España. No lo podíamos contrastar, claro. Desde la lejanía la recuerdo enorme, instalada en el cruce con la avenida de Arteixo. Allí arriba, en aquel cajón que se balanceaba con el viento, se experimentaba una mezcla de alegría, miedo y excitación indescriptible, con el soniquete de la tómbola de fondo. La felicidad con luces de colores de un barrio de currantes. El que por unos días era algo así como el sitio más mágico del mundo.