Nuria Paz Codesal: «He conseguido mi sueño: aterrizar en A Coruña pilotando yo el avión»

Loreto Silvoso
LORETO SILVOSO A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Esta coruñesa descubrió su vocación en su primer vuelo a Barcelona, con 18 años

30 may 2022 . Actualizado a las 15:36 h.

Su historia es la demostración de que los sueños, «si luchas por ellos con valentía y decisión», pueden hacerse realidad. Nuria Paz Codesal (A Coruña, 1990) aterrizó el pasado miércoles en Alvedro manejando un jet privado procedente de Milán. Era la primera vez que volaba a España desde que logró, no sin esfuerzo, convertirse en piloto. Sus orgullosos padres siguieron la estela del aparato hasta que tocó tierra.

—¿Cuándo empieza su deseo de pilotar aviones?

—A los 18 años no tenía una vocación concreta, así que mi madre decidió que la acompañara a una feria de la construcción en Barcelona. Era la primera vez que me montaba en un avión y fue amor a primera vista.

—¿Descubrió ahí su vocación?

—Fui todo el viaje alucinando, ojiplática, fijándome en todo. Lo tuve claro: «Ya sé lo que quiero hacer. Quiero trabajar aquí».

—Se quedó enamorada.

—En un año ya estaba trabajando en Vueling como auxiliar de vuelo. Estudié en Air Hostess y encontré trabajo justo al terminar, pero mi interés iba más allá.

—¿Quería dar un paso adelante?

—Sí, pero la carrera de piloto es costosa. No me atrevía a decirlo, porque yo ayudaba con mi sueldo en casa, pero soy luchadora y lo solté. Mi madre me confesó que llevaba meses ahorrando porque sabía que me iba a cambiar.

—Siempre contó con su apoyo.

—Siempre. Total, que hice la carrera de piloto y encontré trabajo de instructora de vuelo en Málaga, pero llegó la pandemia.

—¿Le costó reubicarse?

—Yo quería trabajar con el tipo de avión que vuelo ahora. En mitad de la crisis y en contra de la opinión de toda mi gente, dejé mi trabajo de instructora. Estaba a gusto, pero no me llenaba.

—A buscar trabajo otra vez.

—Sí, a los pocos meses me salió esta oportunidad y empecé en la aviación ejecutiva. Ahora trabajo para una empresa eslovena que tiene base en Ginebra. Hacemos rutas por toda Europa, Oriente Medio, África...

—¿Objetivo cumplido?

—Estoy feliz. Y esta semana he conseguido mi sueño: aterrizar en A Coruña pilotando el avión.

—Sería emocionante para usted.

—Una tarde de sol preciosa y vi A Coruña más bonita que nunca. No quería que la aproximación terminase nunca, la volvería a repetir todas las semanas. Presumí mucho de ciudad con mi comandante. Se me puso la piel de gallina al verme volando en el avión que quería. Cuando aterricé y vi a mis padres en el mirador, sentí orgullo y gratitud absoluta. Sin ellos, esto no habría sido posible. Un sueño cumplido.

Mujer de altos vuelos: Tras formarse en los colegios Liceo, Montegrande y Maristas, la hoja de ruta de Nuria Paz arranca con un viaje a Barcelona a los 18 años: «La primera vez que monté en un avión fue amor a primera vista». Así fue cómo descubrió su vocación de piloto de aviación.

«Cuando vi Top Gun”, yo quería ser Tom Cruise y no Kelly McGillis»

La primera vez que la coruñesa Nuria Paz se puso a los mandos de un avión «fue increíble. Me había imaginado tantas veces ese momento que se me pusieron los pelos de punta». Valió la pena todo el esfuerzo.

—Volando por todo el mundo tendrá una vida fascinante y repleta de anécdotas.

—Una vez aterrizamos en Estambul y éramos una comandante y yo en el avión. Toda la tripulación estaba compuesta por mujeres, así que cuando entramos en la terminal nos estaban esperando todos: el director del aeropuerto, los militares... Allí estaba todo el mundo para corroborar que éramos todas mujeres. Las mujeres en la aviación somos minoría, pero a mí me gustaría visibilizar que quien lo pelea lo consigue.

—Oiga, ahora que está en los cines la secuela de «Top Gun», ¿usted quién quería ser?

—Cuando vi Top Gun yo quería ser Tom Cruise y no Kelly McGillis, ¡ja, ja! Yo quería ser la protagonista y lo conseguí.

—¿Cuánto ha luchado hasta convertirse en piloto profesional?

—He pasado por muchos baches, pero nunca perdí el objetivo final.

—El que la sigue la consigue.

—Todo jugaba en mi contra: poca experiencia, solo hablo inglés y español y tengo pocas horas de vuelo. Pero mi bola estaba en el bombo igual que las demás.

—¿Contra quién competía?

—Competía contra pilotos que tienen más de 6.000 horas de vuelo, hablan seis idiomas y tienen años de experiencia. Al final llegué porque confié en mí y lo luché.

—¿La actitud es clave?

—Sí. No digas «no puedo» sino «cómo puedo». En cuanto te haces esa pregunta, tu cerebro empieza a buscar respuestas y soluciones sin darte cuenta. Lánzate.