Volver a vivir en San Xoán

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

Ángel Manso

Nada hacía presagiar que en unos meses el mundo se daría la vuelta como un calcetín por un virus descontrolado y pandémico

28 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

E ra el 23 de junio del 2019, una noche de San Xoán más en la playa de Riazor. Con la familia, los amigos, las hogueras, la falla...

Nada hacía presagiar que en unos meses el mundo se daría la vuelta como un calcetín por un virus descontrolado y pandémico. Aquella noite meiga aún tenía que ser una noche feliz, de risas, de celebración del verano... Pero no lo era.

Las familias y los amigos salían de los bares cabizbajos. Tomaban la dirección de la playa en silencio, con las bufandas blanquiazules anudadas al cuello y el ánimo por los suelos después de una derrota (3-0) en Mallorca que privaba al Dépor del ascenso a Primera División.

Tristeza, alguna lágrima y poco que festejar aquella noche en la playa, en la que iba a ser —quién lo iba a sospechar entonces— la primera de tres noites meigas de bajón, sin la magia de las hogueras, sin el embrujo de la velada en la arena.

Estigmatizados por el covid, las restricciones marcaron nuestras vidas en el 2020 y el 2021 y las playas se cerraron al público en San Xoán, preludio de la hibernación de las fiestas (las pocas que sobrevivieron se celebraron con el freno de mano puesto). Pero hasta aquí hemos llegado, porque el Ayuntamiento acaba de anunciar que este verano se harán sin esas limitaciones, empezando, cómo no, por San Xoán.

Qué quieren que les diga: toca volver a vivir. Con precaución, sí, pero no podemos asumir un año más de espaldas a la familia, sin reunirnos con los amigos... Necesitamos los besos y los abrazos que nos han robado en todo este tiempo y que a la luz trémula de las llamas parecen aún más auténticos. Que esa noche sea el preludio de un verano de los de antes. Y si es posible, claro, con un ascenso del Dépor.