¿La «haka» de Nueva Zelanda es coruñesa?

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Cuadro de la salida de la San Lesmes desde A Coruña.
Cuadro de la salida de la San Lesmes desde A Coruña.

Un libro reconstruye la huella de los náufragos de la San Lesmes en el Pacífico

29 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A Coruña y Nueva Zelanda tienen en común mucho más que el metrosidero. Desde hace más de dos decenios, investigadores de las antípodas buscan nexos comunes con Galicia a través de la toponimia y las relaciones comerciales. Uno de esos viajes de trabajo conectó a Winston Cowie con Luis Gorrochategui (A Coruña, 1960), un apasionado investigador de la figura de María Pita que llegó a través de la heroína de la ciudad al mundo naval, donde rivaliza con el pensamiento hegemónico anglosajón para defender el legado español.

Esa pelea la plasmó en su anterior publicación Contra Armada. La mayor tragedia naval de la historia (2011) y sigue con su último trabajo, La carabela San Lesmes (Crítica, 2022). «Fue el viaje más épico de la historia, como se subtitula el libro, porque unas pocas decenas de valientes tuvieron que sobrevivir al naufragio, al olvido y a la hostilidad de unos pueblos que los recibieron como invasores y que los acabaron aceptando como hermanos», relata este profesor jubilado asentado en Vilagarcía que presentará su libro el 1 de junio, a las ocho de la tarde, en el Sporting Club Casino.

Gorrochategui pretende con su libro divulgar otra pequeña hazaña de los marineros gallegos y rescatar del olvido el legado de quienes partieron en busca de fortuna y nunca volvieron a sus casas. La expedición Loaísa-Elcano partió de A Coruña en 1525 para afianzar el comercio a través de la ruta de las especias descubierta en la primera vuelta al mundo documentada, la de Magallanes. Contaba con siete embarcaciones, pero el relato del investigador se fija en la San Lesmes y en su odisea.

El libro «La carabela San Lesmes» de Luis Gorrochategui
El libro «La carabela San Lesmes» de Luis Gorrochategui -

El buque encalló en una isla perdida del Pacífico. En 1929 se hallaron en el atolón Amanu cuatro cañones de la embarcación que había partido de A Coruña cuatro siglos antes bajo el mando del cordobés Francisco de Oçes y con veinte marineros andaluces, alemanes y gallegos, de A Coruña, Sarria y Mondoñedo. Todos ellos tuvieron que buscarse la vida en medio de la nada y acabaron dejando una huella genética evidente en la población de la zona. «Se podría decir que muchos indígenas tienen ADN gallego y coruñés, sí, no es una exageración, porque aunque al principio se intentaron mantener las relaciones entre los descendientes de los primeros náufragos, luego acabaron mezclándose todos con los nativos», cuenta Luis Gorrochategui bromeando con la posterior visita a finales del siglo XX del cantante Julio Iglesias, «otro conquistador».

Entre los descendientes de aquellos coruñeses perdidos en los mares del sur, Gorrochategui hace suya parte de la teoría del australiano Robert Langdon, que señala que aquellos supervivientes acabaron generando una especie de dinastía hispanopolinesia de clase alta. «Los navegantes del siglo XVIII se sorprendieron al encontrar gente con rasgos caucásicos, ropajes y técnicas de pesca claramente europeos. Hay hasta un mito religioso sobre una carabela que llegó de otro mundo», recoge el autor del libro.

Jefes maoríes de mediados del XIX con aspecto europeo.
Jefes maoríes de mediados del XIX con aspecto europeo. -

Para el investigador coruñés, un histórico jefe maorí, Te Rauparaha, que está considerado como el inventor de la haka —danza tradicional neozelandesa que popularizó la selección de rugbi en todo el mundo— «podría ser perfectamente, siguiendo la hipótesis de Langdon, un lejano pariente de los coruñeses de la calle San Juan o de la Pescadería que se enrolaron en la San Lesmes y nunca volvieron a sus casas».