alberto mahía
Solo una gran obra de rehabilitación evitará que el número 30 de la calle de la Barrera termine volviéndose una ruina. Pese a que se estima que la okupación comenzó hace poco más de un mes, sus cuatro pisos presentan importantes destrozos. Unos más que otros. Los propietarios quieren sentarse con el Ayuntamiento para que este agilice todos los trámites que les permitan adecentar las viviendas.
Pero lo primero será desalojar del inmueble a las personas que okupan el primero y el segundo. El joven que utilizaba el tercero, propiedad del Ayuntamiento, «llevaba unos días viniendo a dormir», aseguraba este jueves una de las personas que reside en el primero. Cuenta que «andaba tirado en la calle y un colega le dijo que aquí había sitio y se vino», añade. Lo que no sabe con precisión es si lo hacía todas las noches. «Lo vi un par de veces», recuerda.