Propietarios que sacan a la calle su pit bull como si paseasen un chihuahua
21 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Polémico y sorprendente debate el suscitado por el mordisco que un american bully propinó a un niño de dos años en la plaza de la Galera de A Coruña. Un debate al que asistimos en la web y las redes sociales de La Voz de Galicia y que enfrenta a quienes abominan de las razas potencialmente peligrosas (PPP) con quienes defienden a los animales y cargan en todo caso contra sus dueños.
Lo que parece claro, según los testimonios de veterinarios y educadores caninos, es que hay perros de razas PPP con una predisposición natural a la agresividad, al ataque, porque han sido concebidos para ello propiciando los oportunos cruces.
Los expertos incluyen el american bully en el listado a pesar de que no conste como PPP para algunas Administraciones, como es el caso de la Xunta. Pero lo cierto es que son varios los episodios conflictivos protagonizados por esta raza en Galicia durante los últimos años.
Después está el papel del propietario. Sí, porque adquirir un perro de estas características implica también una intención por parte del dueño, que asume además una responsabilidad muy relevante.
El ejercicio de esa responsabilidad pocas veces es supervisado por las autoridades, y así son numerosos los perros PPP que vemos corretear con libertad y sin bozal por parques en los que juegan niños muy pequeños. En algunos incluso hay carteles que prohíben el acceso con animales.
Y ahí llegamos al quid de la cuestión, el de los propietarios potencialmente peligrosos (PPP) que sacan a la calle su pit bull como si paseasen un chihuahua. Algunos tienen tan poco control de la situación que, como en el caso de la Galera, no dudan en darse a la fuga cuando el perro los pone en un aprieto.