El suceso ocurrió el sábado en la plaza de la Galera cuando el animal se abalanzó sobre el menor, que tuvo que ser atendido en Urgencias
12 may 2022 . Actualizado a las 15:56 h.
Los padres de Santiago, un bebé de 21 meses, se llevaron un gran susto el sábado cuando un perro se abalanzó sobre su hijo. El suceso ocurrió pasadas las nueve de la noche en la plaza de la Galera de A Coruña. El progenitor se encontraba en un bar tomando algo con un grupo de amigos, más de siete personas, cuando un hombre llegó con un american bully al lugar y se apoyó en el muro de otro establecimiento cercano para tomar una cerveza, mientras sujetaba al perro, sin bozal, por un arnés negro. El menor, «que ya camina con cierta soltura», estaba jugando con otros niños y salió corriendo detrás de dos de ellos cuando el animal «sin mediar ningún tipo de contacto previo con él, ni ruido o alteración, aprovechó la longitud de la correa, y que no tenía bozal, para abalanzarse sobre él y morderle en la espalda y cintura por el lado derecho», relata su progenitor, que iba detrás del niño para vigilarlo.
El hombre, al ver que el perro se abalanzaba sobre su hijo, se tiró al suelo para intentar proteger al bebé y apartar al animal, que sujetaba al pequeño por la chaqueta. Al presenciar lo ocurrido, un grupo de personas que estaban en la plaza también intentaron auxiliar al menor. «Todos intentaban que el perro lo soltase, pero no había forma. Yo cogí al niño, pero el perro no lo soltaba. Su dueño tiraba del arnés y el resto de la gente, cuatro o cinco, le daban golpes al animal para intentar que dejase al niño». En vista de que el american bully mantenía sujeto al bebé, más personas salieron a ayudar. «Por fin, tras un par de minutos que me parecieron eternos, conseguimos separarlos gracias a que yo, con la ayuda de otro, le pudimos quitar la chaqueta a mi hijo, que era por donde lo mantenía sujeto», explica el padre, que rápidamente se alejó de la zona con la intención de llevar al niño al hospital. «Un amigo ya había llamado a una ambulancia y a la Policía Local, y cuando estábamos a unos 50 metros de la plaza, en la calle Sol con San Andrés, ya llegó. Los sanitarios vieron a mi hijo y me dijeron que, como no sangraba mucho, podía llevarlo en mi propio vehículo a Urgencias, para que el niño estuviese más tranquilo, ya que no paraba de llorar. Llamé a mi mujer y rápidamente fuimos al Materno». Los agentes allí presentes le hicieron fotografías al niño, «con la ropa rasgada y las heridas provocadas por el ataque del perro».
Debido a las mordeduras del animal, el menor tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en el hospital, en donde le aplicaron cuatro puntos de sutura cosidos. «Toda su ropa, el pantalón, el bodi, la ropa interior, la camiseta, estaban manchadas de sangre debido al ataque», relata el padre, que señala que el responsable del perro emprendió la huida del lugar de los hechos. «Yo me fui corriendo con el niño, pero la gente que se quedó allí me contó que se acabó su cerveza y después se fue, pero varias personas fueron detrás de él hasta la calle Voluntariado, en donde le dijeron que tenía que quedarse hasta que llegase la policía. En ese momento, según me dicen, se marchó a la carrera. Una de las personas que lo seguía corrió detrás de él y llamó a los agentes para alertarles de la huida». Gracias a ello, los policías lo consiguieron interceptar en la calle Sol con Orzán.