Colecciono charcos

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

MONICA IRAGO

Cuando acabo la columna, la página, lo que sea que tenga que escribir para ganarme la vida, abro la caja y me pongo a contar charcos y a observar detenidamente sus ritos de apareamiento

26 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Germán Coppini, cuando los Golpes Bajos, tenía una caja para coleccionar moscas. Moscas grandes y pequeñas. Y llegaba del trabajo, colgaba el micrófono y los estribillos en el perchero, y se ponía a observarlas. Yo, para no ser menos, tengo escondida una caja en la que guardo charcos. Charcos grandes y pequeños. Y cuando acabo la columna, la página, lo que sea que tenga que escribir para ganarme la vida, abro la caja y me pongo a contar charcos y a observar detenidamente sus ritos de apareamiento. Miro cómo se atraen, cómo se multiplican y cómo amenazan con salirse de la caja y llegar al Atlántico, que no es aquella cursilada infumable del mar adonde los ríos van a morir, sino el charco más grande del mundo, el charco por antonomasia, el charco final y oceánico con el que soñamos todos los coleccionistas de charcos.

Yo veo un charco metafórico y me tiro de cabeza cuando todavía estoy a seis metros de distancia. Y luego, ya a remojo, me pongo a hacer largos. Yo, la verdad, llevo el charco puesto, igual que Obélix lleva puesta la poción mágica de serie porque se cayó de pequeño en la marmita. Debí de caerme de niño en la marmita donde los druidas preparaban los charcos.

Pero con el tiempo, me va pasando como a Gil de Biedma con los domingos, que al final llegó a la conclusión de que los que tenían razón eran los días laborables. Y también llego a la conclusión de que tienen más razón los charcos reales que los metafóricos, que, a fin de cuentas, los hay a patadas. Así que ahora voy por la calle recolectando charcos de los de verdad y, al llegar a casa, miro dentro de ellos y veo una nube del Orzán, los árboles de la acera de Preferencia o el bus número 7 y también me tiro de cabeza, como si la realidad fuese una metáfora más.