Los vizcondes de Fefiñanes pedían por el edificio 60.000 pesetas, según el historiador Carlos Fernández, «cifra no muy alta si tenemos en cuenta que el pazo de Meirás fue puesto a la venta en la misma época por una cantidad próxima a las 400.000 pesetas», señalaba Fernández Santander en La Voz en marzo del 2000.
Todo parecía arreglado para que la Diputación y el Ayuntamiento adquiriesen el palacio del siglo XV para destinarlo a museo arqueológico, previa declaración de monumento histórico-artístico. Pero dos meses después, el 18 de febrero del 36, La Voz denuncia «un lamentabilísimo desaguisado contra el Arte, la Historia y la tradición culta» de la ciudad, «toda una propaganda de cultura y turismo a la inversa. ¡Un dolor!»: ya solo quedaba en pie parte de la fachada del palacio.