«Esta huelga la sufrimos todos, no solo el sector alimentario»

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Responsables de la empresa Coreti, ubicada en Bergondo y dedicada a fabricación de etiquetas, reclaman poder trabajar con normalidad

21 mar 2022 . Actualizado a las 20:04 h.

Las consecuencias del alza de precios de la energía, del combustible y de la huelga del transporte llega a todos los rincones. Y en el polígono industrial de Bergondo, también ha hecho tambalear los cimientos de la empresa Coreti, dedicada a la fabricación de etiquetas para múltiples sectores. Sus responsables indican que hace dos años, en pleno estallido de la pandemia por covid-19, la Administración incluía a la industria de la etiqueta adhesiva en la lista de sectores esenciales. «Una esencialidad que permitió a empresas como la nuestra seguir trabajando durante el confinamiento sin dejar de lado a sus clientes, principalmente a aquellos relacionados con la alimentación, productos químicos y de limpieza, artículos farmacéuticos, hospitales, etcétera», comentan Luis Fernández Vilela, CEO de Coreti, y Manuel Deza, director general. Sin embargo, ahora, cuando comenzaba a percibirse una cierta recuperación de la normalidad económico-productiva tras todo lo vivido, «una huelga de transportes mal atajada, planteada por un sector ahogado como muchos otros por los elevados costes energéticos y del combustible, está dejándonos sin poder dar respuesta a las necesidades de nuestros clientes», denuncian. 

Desde Coreti reclaman poder trabajar con normalidad, «principalmente porque de nosotros dependen más de cien familias que quieren un futuro seguro para sus empleos». Aunque indican que, por el momento, esta inactividad no está afectando al empleo, la preocupación es máxima: «No sabemos cuánto se va a prolongar esta situación, pero para una empresa estar prestar servicio a sus clientes y sin recibir materia prima es un duro golpe. Esperamos y entendemos que la solución no tardará mucho, porque esta huelga la sufrimos todos, no solo el sector alimentario. De hecho, si nosotros no trabajamos también les afecta a ellos porque no pueden poner etiquetas en los lineales, por ejemplo». En este sentido, Manuel Deza añade que de ellos dependen clientes «con los que nos hemos comprometido a un servicio que no nos dejan ofrecer». Comentan que la situación actual se une a las dificultades que la industria de la etiqueta está padeciendo por culpa de la crisis de su principal materia prima, el papel autoadhesivo. Entre las causas principales, la huelga de UPM en Finlandia, uno de los principales suministradores de papel glassine para el sector a nivel europeo, y que ya dura tres meses. «Todo esto está poniendo en peligro no solo la viabilidad de toda nuestra industria, sino también la de otros negocios esenciales, estratégicos y básicos de nuestra economía», añade Luis Fernández Vilela.

Insisten en que hay que pedir soluciones, responsabilidades y ayuda para recuperar la actividad habitual, poder recibir materia prima con regularidad y sin restricciones, seguir produciendo y poder enviar los productos terminados a los clientes. «Una vez esto suceda, esperemos que más pronto que tarde, habrá que valorar los miles de millones de pérdidas que esta situación de bloqueo está suponiendo a múltiples industrias. Pérdidas que vienen a unirse al ahogo energético y a los incesantes incrementos de las materias primas que estamos padeciendo desde hace meses. Pérdidas que alguien tendrá que asumir, ¿no?. Añadieron que Galicia parece ser una de las comunidades autónomas más afectadas, «en desventaja competitiva ahora también por este problema que nadie parece querer resolver».