Inés Rey, sobre el conflicto de la basura: «Quemar camiones y contenedores es "kale borroka"»

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

La alcaldesa aseguró que al cruzar la línea del terrorismo callejero, los saboteadores perdieron la legitimidad para defender los derechos de los trabajadores

04 mar 2022 . Actualizado a las 16:20 h.

La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, ha anunciado que será la primera regidora que no va a aceptar «chantajes» por el conflicto de la basura porque «los coruñeses no van a ser rehenes de quienes utilizan el terrorismo callejero para defender unos supuestos derechos. Así de claro lo digo. Defensa de los derechos de los trabajadores, siempre. Chantajes, sabotajes y kale borroka, mientras sea yo alcaldesa, nunca, jamás». «Ante cualquier acto vandálico, cualquier sabotaje, cualquier intención de que los ciudadanos sean rehenes de nadie, me tendrán enfrente. Voy a exigir a las empresas que cumplan los pliegos y los contratos estrictamente y que esté la ciudad limpia», aseguró.

Inés Rey, en su habitual participación los viernes en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, comentó que es recurrente que todos los gobiernos municipales se enfrenten a este tipo de conflictos que resultan muy molestos, visibles y que generan incomodidad en los ciudadanos, pero que también se hacen «de una manera que excede la legítima defensa de los derechos de los trabajadores, porque cuando se cruza la línea de la kale borroka se pierde la legitimidad para defender cualquier derecho». Con contundencia añadió: «Quemar 52 contenedores es kale borroka y quemar dos camiones es kale borroka. Me van a responsabilizar a mi de que esté la basura en la calle, y nadie me habla de la empresa. Yo me responsabilizo, porque es mi trabajo, pero también de seré la primera alcaldesa de que no va a aceptar chantajes», insistió. 

La regidora hizo un resumen de lo ocurrido en los últimos once días y recordó que en la madrugada del 23 de febrero, «sin que existiera conflicto laboral previo y abierto», de los 29 vehículos que realizan el servicio de recogida 27 aparecieron con las ruedas pinchadas. Indicó que durante los siguientes días surgieron más vehículos con averías provocadas, parabrisas y cristales rotos o inutilizados, dos camiones y 52 contenedores quemados. «Y, repito, cuando no teníamos constancia de un conflicto laboral porque no se nos notificó ni al Ayuntamiento ni a la empresa», añadió. 

Recordó que el Ayuntamiento pidió a la concesionaria que cumpla su contrato y, a pesar de los refuerzos, se vio incapaz. Ante la acumulación de basura en las calles, la alcaldesa decidió decretar el estado de emergencia sanitaria tan solo cuatro días después del inicio del conflicto. Y también se procedió a contratar por vía de urgencia a Tragsa para apoyar las labores de retirada de basura. «El Ayuntamiento actuó con diligencia y rapidez, como nunca antes actuó en un conflicto de estas características», dijo. Y recordó que en agosto del 2013, durante más de un mes y en plenas fiestas de la ciudad, hubo una huelga y conflicto de basura sin que se declarase emergencia sanitaria ni se contratase un refuerzo. «Alguien, antes de hablar, debería hacer un ejercicio de memoria», añadió. Las medidas tomadas por el gobierno local permitieron recoger mil toneladas de basura acumuladas en las calles en tan solo tres días, cuando lo habitual es que diariamente se lleve a Nostián una media de 200 toneladas.  

Sobre la postura del gobierno local ante esta situación, Inés Rey indicó que entiende que el miedo y el temor a veces paralice o dificulte la labor de un regidor. «Hay temor a que la calle se enfade y no te voten, pero yo no puedo aceptar el chantaje y antepongo los intereses de los ciudadanos a lo míos». Explicó que tras la reunión entre la empresa y los trabajadores de PreZero en la Inspección de Trabajo se anunció una posible huelga: «Ahora sí, ahora parece que ese conflicto que no existía se hace evidente y podría haber una huelga», dijo. «¿Quieren ir a la huelga legítima? Bien, estaremos vigilantes con la empresa para que se cumplan los servicios mínimos (que tendrá que determinar la autoridad laboral) y se sienten a negociar. Pero ya está bien de que los gobiernos locales estén sometidos a chantaje mandato tras mandato. No es legítimo usar el terror para defender nada», sentenció. En este sentido, hizo mención a otros conflictos en la ciudad, como los trabajadores de los buses urbanos o de la banca. «¿Y alguien ha visto algún autobús quemado? Jamás, siempre defendieron sus derechos por vías legítimas. ¿Y te imaginas que antes de una negociación los trabajadores de banca quemen 52 cajeros automáticos?» Inés Rey aclaró que no echa la culpa a los trabajadores de PreZero-Cespa de esta situación, «sino a quienes usan la kale borroka para defender los derechos de los trabajadores. Que nadie se confunda. Estoy responsabilizando a quien usa el terror y toma como rehenes a los coruñeses». 

Al final de su intervención, la alcaldesa agradeció el trabajo realizado por la Policía Local y los bomberos, que tuvieron que salir a actuaciones derivadas del conflicto, escoltando y prestando protección a los trabajadores de la recogida de basura que realizaban su trabajo. «Han estado al pie del cañón noche y día». 

Las posturas enfrentadas

La reunión celebrada en las instalaciones de la Inspección de Trabajo, en la calle de la Gaiteira, se prolongó el jueves por la noche durante casi seis horas, sin que ambas partes llegasen a un acuerdo, a pesar de la mediación del AGA. Por un lado, los representantes del comité de empresa consideraron que la dirección de la compañía se negaba a aceptar sus condiciones para mejorar aspectos de seguridad en el trabajo así como a anular las sanciones impuestas a compañeros amonestados por bajo rendimiento o retirar las denuncias presentadas ante la Policía Nacional contra varios representantes de los trabajadores y el presidente de STL por los actos de sabotaje cometidos en los últimos días. Frente a esta postura, la dirección de PreZero Galicia mantuvo una postura de no ceder a estas exigencias y mostrarse «firme ante cualquier coacción a aquellos trabajadores que quieren cumplir con su compromiso de recuperar la normalidad y ante la posibilidad de un nuevo boicot al servicio de recogida que vuelva a poner en riesgo la salud pública».

Quejas vecinales

A pesar del esfuerzo que realizaron la empresa y el Ayuntamiento para retirar las toneladas de basura acumuladas durante las últimas semanas, todavía quedan zonas en la ciudad donde se mantienen los contenedores a rebosar. Nuria Ramón, vecina de A Zapateira, indicaba esta mañana que la situación llegó a ser muy preocupante: «En todo caso, ayer a última hora de la tarde, dos camiones que ponían que eran de alquiler, limpiaron la calle Oporto, en la urbanización Valaire. Supongo que hicieron lo mismo con las aledañas. Pero es que por toda la carretera que sube desde Alfonso Molina veías la basura en la calle sin control, delante de los colegios, y volando por el viento. Es una situación totalmente insalubre, con pájaros picoteando en los desperdicios. Así que no me quiero ni imaginar las ratas que eso puede atraer», indicaba. La preocupación vecinal por lo que se anuncia es generalizada, después de haber pasado once días con la basura invadiendo aceras y calzada. «Espero que lo solucionen porque, al final, quienes pagamos el pato somos los vecinos. Y no es algo nuevo. Es un conflicto que, de forma periódica vuelve a surgir en los peores momentos, como ahora, en carnaval. Está claro que no es algo casual», comentaba Manuel Peña, vecino de Elviña. Comentaba también que los servicios mínimos no solo deberían incidir especialmente en las zonas comerciales, de supermercados y entornos de plazas de abastos, sino también en las inmediaciones de los centros escolares, hospitales y centros de salud. «Que tengan en cuenta que allí van personas enfermas, con movilidad reducida y niños», añadió.