Fernando jamás escondía su sonrisa ni debajo de una careta
02 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El carnaval coruñés por fin hizo justicia con el que ha sido uno de sus reyes. A la altura de César Sanjosé. O de Rogelio Prieto. Fernando Amaro, Cantero, para quienes tuvimos la oportunidad de tratarle, trabajó durante su corta vida para devolverle el esplendor a una fiesta que forma parte del ADN coruñés. Cantero entró con otro grande del carnaval, Juan Manuel Iglesias Mato, el añorado Palau, en el Ayuntamiento. Y no era difícil verle siempre arremangado donde más tarea hubiera. Lo mismo montaba un escenario que encabezaba una charanga. Fernando jamás escondía su sonrisa ni debajo de una careta.
Por eso, el reconocimiento que este año ha recibido al incorporarse a nuestro particular paseo de la fama de la calle San José hace que muchos nos sintamos felices. El entroido coruñés es la suma de muchos Canteros. Es una expresión de orgullo colectivo, en la que el añorado Fernando fue un eslabón importante. No fue el primero ni será el último, pero es justo que la ciudad reconozca también a sus pequeños héroes, esos que nos hacen sentirnos especiales con su trabajo.
Casi tres años hace ya que nos dejó en un maldito golpe de infortunio, pero su espíritu sigue presente en decenas de vídeos que siguen circulando por internet, en cada coplilla de sus inseparables Monte Alto a 100. Y hasta en cada disfraz imposible del inefable Alvarito. Gracias por tanto, Fernando. Y disfruta de tu fiesta.