Zaida Álvarez Pinto, premio Rafael Hervada 2021: «Pacientes medulares nos piden estar en los ensayos clínicos»

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

La bióloga investiga un sistema para regenerar tejidos de la médula espinal

24 feb 2022 . Actualizado a las 16:44 h.

La bióloga catalana Zaida Álvarez Pinto (Barcelona, 1984) aterrizó ayer en A Coruña para recibir el Premio Rafael Hervada a la Investigación Biomédica, que este año llega a su vigésima séptima edición. Un trabajo publicado el 12 de noviembre en la revista Science sobre regeneración de células nerviosas que permiten la recuperación de la movilidad en enfermos afectados por lesiones de la médula espinal le sirvió el reconocimiento unánime de todo el jurado.

 —Usted es la primera firmante del trabajo. ¿Cuánto tiempo lleva con él?

—El proyecto lo inicié hace casi siete años en la Northwestern University de Chicago. En colaboración con un equipo multidisciplinar, trabajé en el diseño de biomateriales para la regeneración del sistema central nervioso, especialmente la médula espinal y el cerebro. Conseguimos diseñar hidrogeles, que son como nanofibras, que consiguen desplegar señales que las células de la médula espinal reconocen para poder migrar hacia la zona del daño. La peculiaridad que aporta este estudio es que estas fibras son capaces de tener cierto movimiento y, de esta forma, que la regeneración sea más rápida. Los ratones a los que inyectamos esas «moléculas danzarinas» son capaces de andar cuatro semanas después de que se produzca el daño. Si esas moléculas se mueven más lentamente, los ratones tienen cierta recuperación de la médula espinal pero no lo suficiente para recuperar la movilidad.

—¿Qué índices de eficacia tiene este biomaterial?

—La idea es que se pueda utilizar en salas de cirugía y que se inyecte directamente en la zona de la lesión sin tener que hacer nada más. Se trata de un líquido que se transforma en gel, por lo que es capaz de quedarse en la cavidad del daño y que, además, se degrada con el tiempo, es biocompatible y no tóxico. Lo hemos probado en animales con lesiones medulares inmediatas, agudas, habría que probar cómo funciona en casos de lesiones crónicas. La idea ahora es seguir investigando para desarrollar estudios clínicos con humanos. En el futuro podría usarse en terapias regenerativas, no solo para médula espinal sino también para otro tipo de tejidos, como huesos o músculos.

—Esto abre la puerta de la esperanza a muchos pacientes.

—Desde que se publicó el artículo en la revista Science hemos tenido un bum de correos electrónicos. Han sido más de 1.500, que intentamos contestar de forma personalizada a cada uno. Y todos nos piden que los incluyamos en los ensayos clínicos. Es un paso importante, pero hay que seguir trabajando para poder iniciar esos estudios clínicos con humanos. Todo lo que sea inyectar materiales en el sistema nervioso central es complejo.

 —¿Cuánto tiempo tardarán en llegar esos estudios clínicos?

—Si todo va bien y dependiendo del dinero que se invierta en investigación, entre cinco y ocho años. La investigación científica es una carrera de fondo; se requiere constancia y paciencia. España tiene muy buenos investigadores, pero no nos retienen.