El enredo de la Medusa de A Coruña

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

19 feb 2022 . Actualizado a las 08:03 h.

Es encomiable la buena disposición general para apostar por la retirada de la Medusa del muelle del Centenario de A Coruña. Se brinda por un nuevo emplazamiento y por consagrar al mundo del espectáculo el mamotreto carbonero. Incluso tañen las campanas por grandes conciertos y eventos deportivos, pero... siempre hay algún pero. Sobre todo, una cuestión de la que apenas se habla, que no se plantea: ¿quién va a pagar todo eso?

Vamos a ver: según Ramón Corrochano, el padre que parió a la criatura, desmontar la Medusa y llevársela al inframundo es más caro que hacer una nueva; otro mamotreto de 115 metros de diámetro, 40 de alto y 10.000 de superficie. Pues no sé yo...

En fin, supongamos que Administraciones incapaces de consensuar obras de un par de millones de euros llegan a una entente sobre la Medusa. ¿Qué narices le metemos dentro y a qué precio? ¿Con qué llenamos una sala de 30.000 espectadores, tres veces el Coliseum? ¿Cuántos eventos deportivos arrastrarían a tanta gente? ¿Y musicales? Habría que traer a U2 una vez al mes para que fuese rentable. Y en ese caso, ¿qué hacemos con el Coliseum? ¿Cuánto personal se necesita para mantener ese bicharraco? Y por ahondar en otro problema de la ciudad, ¿cómo llevamos los coches de todo ese público al parque de Bens o a San Diego?

Tiene pinta de que cualquier valiente que esgrima un proyecto ante los ojos de la Medusa quedará convertido en piedra, y a ver cuánto tiempo pasa hasta que alguien le corte la cabeza y se la lleve del muelle. A Corrochano hay que agradecerle que la hiciese desmontable, lo que facilita la maniobra. Y a otros habría que preguntarles si no podían haber hecho desmontables también Palexco y el centro de ocio del puerto.