Medio euro de diferencia en dos tiendas de A Coruña por la misma mascarilla

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PÉREZ

Crece la demanda de los modelos FFP2, especialmente infantiles, tras el reinicio de las clases y la irrupción de la variante ómicron

18 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A pesar de que durante semanas se habló de que el Gobierno pretendía subir a partir del 1 de enero de 2022 el IVA de las mascarillas quirúrgicas, lo cierto es que este impuesto permanecerá superreducido, en el 4 %, hasta el próximo mes de junio. Y las FFP2 sí mantienen el gravamen del 21 %, tal como viene sucediendo hasta ahora. A pesar de que no se produjeron esos cambios de los que todos los consumidores hablan, los coruñeses sí perciben que el precio de las mascarillas ha aumentado, especialmente desde el pasado mes de diciembre y muchos se ven obligados a recorrer farmacias, tiendas especializadas, droguerías, parafarmacias y supermercados en busca de las más baratas. De hecho, la misma mascarilla FFP2 puede llegar a costar medio euro más en función del establecimiento donde se compre. Así, una unidad del mismo tapabocas infantil, por ejemplo, se puede encontrar en una farmacia de la avenida de Oza por 1,30 euros y en otra tienda del centro de A Coruña por 0,80

José Miragaya, fundador de Sanitary Supplies Hub S.L., empresa a la que pertenece la marca The Mask House, explica que en estas diferencias de precio intervienen varios factores. «Por un lado, los que tienen el monopolio sobre la materia prima se están aprovechando de esta pujanza. Quien tiene la materia prima, controla el mercado. Y no solo pasa con las mascarillas, porque lo vemos en otro bien de primera necesidad como es la electricidad», explica. En segundo lugar, las grandes navieras han formado grupos que también monopolizan el transporte de mercancías y que imponen sus precios en los fletes de contenedores. «Además, teniendo en cuenta que la mercancía puede tardar en llegar más de un mes, muchos optan por traer el material por transporte aéreo y no en barco, lo que también encarece el precio final que paga el consumidor», explica Miragaya. 

Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña confirman que el precio máximo y mínimo de las mascarillas está marcado oficialmente por el Estado pero que, dentro de ese margen, cada negocio puede marcar el PVP según su margen de beneficio previsto. En este sentido, Paula Briones, miembro de la junta directiva del colegio de farmacéuticos, explica que han notado un importante repunte en la demanda de mascarillas FFP2, especialmente las de niños: «Las personas que hasta ahora estuvieron usando las quirúrgicas desechables se han pasado a la FFP2. Y también los niños, con la vuelta al colegio tras las vacaciones de Navidad, el repunte de contagios y la llegada de la variante ómicron», confirma. Indica que en su farmacia siempre intentan contactar con fabricantes y distribuidores gallegos pero hay momentos en los de rotura de stock les obliga a echar mano a los productos importados. «Según nuestra experiencia, las mascarillas importadas sí suelen ser más económicas que las nacionales. Pero también es verdad que, cuando surgen problemas de abastecimiento, los proveedores que no suelen estar dentro de nuestro canal de compras aprovechan la ocasión y disparan los precios». Añade que los clientes suelen ser fieles a la misma mascarilla una vez que encuentran la que les resulta más cómoda. «Pero nos encontramos con que no siempre podemos comprar la misma, y eso es un incordio tanto para los farmacéuticos como para los clientes», asegura. Ante el ascenso de precios, Paula Briones explica que, en su caso, ha puesto un límite: «No podemos convertir el servicio que prestamos en un acto de beneficio mercantil. Y a veces te ves abocado a no poder comprar un producto de primera necesidad, como son las mascarillas, por los altos precios que impone el mercado». En este sentido, confirma que las FFP2 infantiles suelen ser más caras que las de adultos, quizás porque suelen venir decoradas o porque, hasta ahora, se fabricaban menos. Y también que desde la llegada de la variante ómicron se ha disparado la demanda de FFP3, que es un poco más cara. «Realmente, si una persona lleva una FFP2 bien ajustada, sin holguras, sin estar manipulándola constantemente, sin tenerla colgada al cuello o en el codo y respetando el límite de horas de uso recomendado, es suficiente para estar protegido», explica. Y recuerda que la adquisición de mascarillas en farmacia siempre ofrece más tranquilidad ya que los profesionales comprueban todas las garantías. En este sentido, Paula Briones recomienda a la población confirmar que las mascarillas vienen marcadas con la siglas CE y cuatro dígitos, cumplan la normativa vigente y estén certificadas por un organismo autorizado. «Porque seguimos viendo que retiran mascarillas del mercado, no por cosas graves, pero que no cumplen con todas las especificaciones que vienen marcadas en el embalaje», comenta. 

ANGEL MANSO

Por su parte, José Miragaya explica que muchos clientes de The Mask House les confirman que ya han incorporado la mascarilla como un complemento permanente en su día a día: «Nos dicen que en dos años, desde que las usan, no se han puesto enfermos. Así que quieren seguir utilizándola en el futuro, especialmente para viajar o entrar en los transportes públicos», comenta. Indica también que tanto en A Coruña como el área metropolitana la mascarilla, además de cumplir con su función sanitaria, también ha hecho una transición hacia la moda y que en The Mask House han notado esa evolución: «La gente está cansada de la típica mascarilla blanca o negra y busca diseños nuevos, además de una mayor calidad. De hecho, no todas las FFP2 son iguales. Nosotros analizamos todos los productos e, incluso, ofrecemos diferentes tallas». Aunque la tienda ubicada en Emilia Pardo Bazán abrió el pasado mes de octubre, José Miragaya lleva importando mascarillas desde el inicio de la pandemia e, incluso, proporcionó material a las fuerzas de seguridad, servicios de emergencia y sectores esenciales cuando era imposible encontrarlo. «Llevo 20 años comprando productos en Asia, y hacerlo en China es complicado. Al principio de la pandemia, las fábricas ponían un lote y lo vendían a quien ofrecía el mejor precio. Yo tenía que mandar el dinero por adelantado a mis contactos para que compraran lo que pudieran. Fueron momentos duros», recuerda. Aunque Sanitary Supplies Hub S.L. enseguida retomó su actividad importadora, Miragaya decidió abrir una tienda física de mascarillas cuando parecía que la pandemia del coronavirus remitía, concretamente el pasado mes de octubre: «Se trata de una apuesta a medio y largo plazo. No queríamos dar el pelotazo abriendo una tienda especializada en mascarillas, sino dar un servicio que sigue siendo necesario, ofrecer variedad, buenos precios y un valor añadido al producto. Muchos me decían que ya era tarde para abrir una tienda de mascarillas, pero después llegó la variante ómicron... Este es un problema global y que se va a mantener en el tiempo».