Hace algún tiempo en A Coruña se podían llegar a descargar «seis o siete mil toneladas de merluza, pero cada vez es más difícil llegar a las cifras de cinco o diez años», dice el presidente de la Lonja, quien añade que «nosotros queremos recuperar esos registros, pero no tenemos de donde sacar el pescado».
Más allá de la merluza
Estas limitaciones se extienden a otras especies como el lirio, la caballa o la cigala, esta última lleva cinco años cerrada. «Es un gran fracaso de la Administración no haber conseguido su reapertura porque el caladero ha mejorado muchísimo», apunta.
El recorte de la merluza es muy dañino para el Muro porque es la especie «que más factura» y así lo fue de nuevo en el 2021 con 12.949.507,87 euros . Este registro la sitúa a gran distancia de sus perseguidores: el lirio, con 5.292.061,75 euros; el bocarte, con 2.969.849,49 euros; el pulpo con 2.655.208,41; y la cigala, que supuso una facturación de 2.507.456,95 euros.
El factor que provoca que A Coruña no lidere la estadística de facturación a pesar de ser a la que más pescado llega es el precio medio que tienen los pescados y mariscos recibidos . El 2021 se cerró en A Coruña con una media de 2,30 euros por kilo, mientras que en Burela fue de 3,52 y en Vigo de 3,49.
Para tratar de paliar esta desigualdad, el sector pesquero coruñés tiene como objetivo para los próximos años la captación de nuevos barcos y potenciar la descarga de determinadas especies con un mayor valor de mercado, lo que contribuiría a incrementar tanto el precio medio de las especies que pasan por el Muro como la facturación global al final de cada ejercicio. En caso de conseguir esto sería una gran noticia para la ciudad, ya que aumentaría sus registros mientras que previsiblemente se recortarían los de otras lonjas de la comunidad y de otros puertos.
Un sello para garantizar la frescura y calidad de un producto con prestigio La evolución de la sociedad, de los mercados y de las políticas comunitarias, unido a factores inesperados como la pandemia o estar a expensas de la meteorología para poder salir a faenar, hacen que el pesquero sea un sector sumido en un clima de «incertidumbre y preocupación» , como reconoce el presidente de la Lonja, quien admite que en el mar «echamos en falta la estabilidad que tiene una empresa en tierra». Nada nuevo para ellos, pero cada que vez se acusa más por la aparición de otros inconvenientes.
A estos aspectos hay que unirle otro factor que ya está teniendo un peso importante. «El relevo generacional cuesta, cada vez hay menos barcos y más competencias entre los puertos» , destaca Juan Carlos Corrás.
Frente a ello, la prosperidad del sector pasa por cuestiones como dar «buenos servicios, ofrecer precios económicos y la calidad del sector comercializador», aspectos que reúnen todos los actores implicados en A Coruña y que luchan por mantener. «Somos un puerto muy atractivo», señala el presidente de la Lonja.
Al fortalecimiento del sector también contribuyen iniciativas como la puesta en marcha del sello de calidad e identificativo Peixe da Lonxa da Coruña , que desde diciembre distingue el pescado que se subasta en el Muro.
Además del lema, una imagen acompaña a los productos que pasan por la lonja. «Es una idea que teníamos desde hace años y que lo identifica en toda España, pero que por la pandemia se fue retrasando. Garantiza la frescura y el buen hacer de los comercializadores, que hacen que el producto sea todavía mejor», asegura Juan Carlos Corrás.
«No hay quien quiera levantarse a las cuatro de la mañana» El sector pesquero está conformado por diversos ámbitos que conforman una extensa red que comparte la mayoría de los problemas que le persiguen desde hace años. Los recortes en las cuotas y la falta de relevo generacional son dos de las principales cuestiones que preocupan, pero mantiene la confianza en resistir y seguir formando una parte importante de la sociedad y la economía coruñesa.
Minoristas Una extensa red de transporte en la provincia . «No somos menos de 200 autónomos», explica Amando López, presidente de la Asociación de Minoristas del Puerto de A Coruña sobre un ámbito muy numeroso y que se dedica a la venta en mercados, locales de hostelería y pequeñas pescaderías de la ciudad y de la provincia hasta el punto de que «ya casi hay más gente de los alrededores» . Juegan un papel «preponderante» porque sin ellos «aquí no estaría la mayor flota de arrastre de Galicia», apunta. Como todos, reconoce que «hay días que llegas y no hay casi nada de pescado o que está elaborado, que no es lo mismo», pero apela a «seguir luchando mientras nos ganemos la vida».
Exportadores El peso de las familias. La Asociación de Exportadores de Pescado y Marisco tiene 96 integrantes y una seña de identidad. «Hay mucha empresa con carácter familiar con dos hermanos o un matrimonio solo o con sus hijos», destaca Ramón Barba, presidente de una agrupación en la que hay «mucha diversidad tanto en género como en la forma de trabajar». Como el resto de actores implicados, reconoce las dificultades propias del sector, a las que hay que añadir otras como el encarecimiento de materiales . «Los costes subieron muchísimo, por ejemplo el precio de los envases fue para arriba», explica.
Cofradía de pescadores Multiculturalidad en la bajura. La Cofradía de Pescadores coruñesa está formada por 80 embarcaciones actualmente, principalmente con barcos de bajura y un par de cerqueros con hasta 22 metros de eslora y que pueden llevar a doce tripulantes. El personal mezcla a jóvenes con veteranos y a coruñeses con nacidos en Perú, Colombia, Ecuador, Marruecos o Senegal. Las dificultades para encontrar marineros se agravan cuando se buscan trabajadores «cualificados, gente de oficio» para determinadas artes como el palangre «que requiere más destreza», asegura Felipe Canosa. El patrón mayor lamenta que haya «bastante burocracia» justo en un momento en que «la contaminación y el cambio climático inciden de manera notable en la reproducción de especies».
Armadores Flota reducida. «Construir barcos nuevos es totalmente inviable porque hacen falta proyectos a largo plazo y es imposible, un barco para el Gran Sol puede costar entre 5 y 7 millones de euros», explica Juan Carlos Corrás, por lo que la mayoría de los buques son ya veteranos. El dirigente de Pescagalicia-Arpega-O Barco reconoce que «cada vez hay menos barcos, menos cuotas y más pescado» y que están «sin generaciones que quieran incorporarse», dos cuestiones que repite cada uno de los protagonistas del sector. La flota coruñesa se redujo en los últimos años, principalmente la de altura, aunque en bajura está «más estabilizada, incluso ganando usuarios».
Subastadores La esencia de siempre, pero adaptada . Las subastas en la lonja se mantiene con el aroma de siempre, «a voz», pero los nuevos tiempos requieren más cuestiones. «Los compradores antes llegaban, facturaban y marchaban, pero ahora hay que incluir la trazabilidad o el pesaje, es más minucioso» , explica Sonia Revert. La presidenta de la Asociación de Subastadores de A Coruña, que cuenta con 33 integrantes, destaca como otros los problemas que hay para el relevo generacional. «No hay quien quiera levantarse a las cuatro de la mañana y como en esto, en la mayoría de los trabajos físicos», asegura.
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