A Coruña empieza a recuperar los muelles

A CORUÑA CIUDAD

La conselleira Ethel Vázquez y Martín Fernández Prado, presidente del Puerto, esperan sentados en las escaleras al representante municipal para una reunión sobre el futuro litoral.
La conselleira Ethel Vázquez y Martín Fernández Prado, presidente del Puerto, esperan sentados en las escaleras al representante municipal para una reunión sobre el futuro litoral. CESAR QUIAN

Los traslados de empresas a punta Langosteira permitieron que el Puerto reabriese Batería y Trasatlánticos a los ciudadanos. En el 2022 llegará el turno de Calvo Sotelo

05 ene 2022 . Actualizado a las 09:54 h.

A Coruña está recuperando su puerto. Quizá su fachada marítima más icónica, industrial y de ría, que se contrapone al mar abierto de Riazor y el Orzán. La noticia la dio La Voz el pasado 24 de enero, cuando el presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado, apenas dos meses después de llegar al puesto, confirmó un calendario para abrir la dársena a los ciudadanos, para quienes había estado vetada 20 años

El primero fue el muelle de Trasatlánticos. Los vecinos pudieron volver a caminarlo en marzo, y recuperaron así vistas de la Marina que llevaban largo tiempo inéditas.

En julio, en pleno verano, los ciudadanos pudieron franquear las puertas del muelle de Bateríae, tras unas pequeñas obras de acondicionamiento y el derribo de parte de las estructuras industriales. Otras siguen en pie, y en estos meses han albergado actividades de ocio o la exposición del fotógrafo Peter Lindbergh.

La siguiente fase, de cumplirse un calendario que hasta ahora ha sido puntual, es la apertura del muelle de Calvo Sotelo. Será el próximo verano, tras la demolición de algunos silos metálicos. Los de Tudela Veguín, con su característica arquitectura, se conservarán hasta que se decida qué hacer en los muelles.

Porque esa es la duda ahora, y la respuesta no es sencilla ni depende solo de la Autoridad Portuaria. El Ayuntamiento tiene las competencias urbanísticas, pero tampoco puede actuar en solitario porque no es propietario de los terrenos, la Xunta es responsable de supervisar los cambios urbanísticos y no tiene capacidad económica para transformar solo la zona. Más aún si se tiene en cuenta que a finales de la década quedará liberado San Diego, y ese muelle es tan grande que podría albergar con creces el casco histórico de Betanzos. Más aún: hasta que no se modifique el plan general, el futuro de los muelles está anclado a los convenios firmados en el 2004 para financiar la construcción del puerto exterior de Langosteira.

Este año no se encontró la solución a ese rompecabezas, pero se pusieron las bases. La cumbre convocada en febrero por la alcaldesa, Inés Rey, en la que participaron todas las Administraciones que tienen alguna relación con el puerto, logró un consenso sobre la necesidad de sustituir los acuerdos del 2004 por otros que garanticen la titularidad pública de los terrenos del puerto.

En los meses siguientes se sucedieron las negociaciones y se acordó una vía de salida. Los muelles serán adquiridos por las Administraciones, que de esa forma aportarán los fondos para salvar la deuda de Langosteira. El plan ya había sido lanzado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, en el 2016. El Gobierno gallego reiteró la propuesta a principios de verano y ofreció 20 millones de euros para hacerse con el 51 % de Batería y Calvo Sotelo. El Ayuntamiento replicó unas semanas después y reclamó para sí el 75 % de los terrenos. La Xunta y el Puerto accedieron y anunciaron que comprarían el 20 y el 5 % restantes.

Pero el acuerdo aún no se ha cerrado, ya que hay dudas sobre la urbanización y su coste. El Ayuntamiento quiere que la Xunta pague un porcentaje mayor que el que le correspondería por la titularidad de los terrenos. Es de esperar que esa discusión se cierre en próximas semanas y se empiece a debatir —hay varios planes redactados— qué hacer en los muelles y de qué forma los disfrutarán los ciudadanos.