25N en A Coruña: «Más recursos y menos discursos»

M. CARNEIRO / T. RIVAS A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

Una marcha feminista y decenas de actos claman contra la violencia machista, que este año sumó una víctima en A Coruña

25 nov 2021 . Actualizado a las 23:16 h.

Cuarenta años de 25N y el feminismo mundial en bucle necrológico, en A Coruña, solo dos meses después del asesinato de la panadera Mónica Marcos Piñeiro. La jornada de movilización contra la violencia machista, instituida en julio de 1981 en Bogotá en el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe, da la razón a la boliviana radical María Galindo, que esta semana alertó en A Coruña de los extravíos del feminismo, visible y en las calles el día después de cada asesinato, pero lastrado por «un discurso vacío y repetitivo» que obliga a «repensarlo todo, epistemologías, métodos, horizontes y palabras». Esa fue su llamada desde A Maestranza, invitada por la UDC.

En las calles se repiensa. Este jueves, el 25N reunió en el Obelisco a 600 personas, según la Policía Local, convocadas por la coordinadora local de la Marcha Mundial das Mulleres con el lema «Combater a xustiza patriarcal para acabar coa violencia machista». El lema elegido por el Ministerio de Igualdad —«Juntas»— apuntó sin rodeos a la fractura, encarnizada en las redes sociales, que se ha abierto en el seno del feminismo a cuenta de la prostitución, la ley trans o el solo sí es sí. «Abolir ou non é un debate que non se producira antes. O da lei é distinto, porque hai quen quere tutelar a túa identidade para ver se ti es quen dis que es. Ou sexa, que eu teño que demostrar que son a que digo ser», explicó la mujer trans Sara Romero en la cabecera de la marcha, que pasó por el Tribunal Superior de Xustiza para escenificar sobre la balanza de una mujer vendada los escollos judiciales a los que se enfrentan las víctimas, mujeres y niños.

Llovieron proclamas. «Rebelión, desobediencia, contra a súa violencia», «non estamos todas, faltan as asasinadas», «o xénero non binario tamén sofre a diario», o «máis recursos e menos discursos». En la segunda fila caminaba Sofía Vázquez, gitana y trabajadora de Mulleres Colleiteiras. «Soy hija de Antonio el Gitano, el masajista del Deportivo que murió. Mi padre me apoyó en todas las decisiones y tuve libertad sexual para decidir lo que quise. Por eso estoy aquí, para romper los estereotipos payos, las generalizaciones», dice esta mujer implicada en un programa de emancipación de mujeres gitanas, que ahora ha sumado una deriva deportiva en horario laboral. «Las mujeres gitanas también nos alimentamos bien y nos cuidamos», cuenta orgullosa.

Aitana Ruiz y Claudia García son estudiantes de Filoloxía Inglesa, tienen 18 y 19 años, y no saben «si salir a la calle sirve de mucho pero por lo menos visibiliza», así que cada año cogen el bus y bajan al centro a hacer ruido y darle una vuelta también al lugar común. «La violencia psicológica es terrible y casi nunca se habla de ella», dice Aitana. «Estaría bien que nos enseñaran cómo tener una relación, sí, cómo querer, porque a veces estás cegada y no te das cuenta de comportamientos que no son buenos y en los demás sí ves», apunta Claudia.

«Temos que repensalo todo. Ata que punto o que estamos facendo está errado ou non vale para nada? Hai moita xente na rúa, pero tamén hai unha moda, a moda da mani», reconoce Patricia Cordo, miembro de la coordinadora convocante. 

El acoso de los profesores

Antes de la marcha, el 25N llenó la ciudad de reivindicación. En la explanada del pabellón de Riazor, la alcaldesa defendió «a continuidade das políticas contra as normas sociais discriminatorias e o reforzo dos programas de prevención e loita contra a violencia». Es imprescindible, remarcó Inés Rey, «garantir a igualdade e os dereitos das mulleres como elemento clave para a recuperación social e económica de todas as persoas». En la Delegación del Gobierno José Miñones alertó contra las actitudes que «toleran, xustifican ou mesmo banalizan» el machismo, que segó este año la vida de 37 mujeres en España, una de ellas en A Coruña, y cinco niños.

En la UDC, después de una performance de Coral de la Rosa Valero sobre las cifras de víctimas en el mundo, se presentó un informe sobre acoso en la universidad que destaca la prevalencia del abuso de profesores a alumnas y la falta de apoyo que perciben las víctimas por parte de su grupo. En la Diputación, Valentín González Formoso llamó a «actuar en cuantos frentes sea posible» en un acto con las poetas Lucía Aldao y Charo Lopes, mientras en el área metropolitana colegios y ayuntamientos multiplicaron la protesta.