Los policías que mataron al coruñés Diego Bello en Filipinas se reafirman en su versión

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

Sus alegaciones ratifican el atestado policial que decía que el coruñés era un narcotraficante y que él había iniciado el tiroteo

24 nov 2021 . Actualizado a las 23:50 h.

Los tres policías que supuestamente participaron en la muerte del coruñés Diego Bello en enero del 2020 en la isla de Siargao, en Filipinas, presentaron este lunes, en el límite del plazo legal establecido, sus respectivas alegaciones en las que defienden su inocencia. En tres documentos muy similares, los agentes se reafirman en su versión y reproducen casi de forma mimética el contenido del escueto atestado policial firmado por el capitán Wise Vicente Panuelos. En concreto, alegan que organizaron una redada frente a la casa de Diego Bello debido a que tuvieron el chivatazo de que era un narcotraficante. También insisten en que el coruñés, al darse cuenta de que estaba tratando con agentes de policía y no con compradores de droga, sacó una pistola de una riñonera e inició un tiroteo. 

Pese a esta versión que ahora vuelven a ratificar los tres agentes implicados en la muerte de Diego Bello, la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas elaboró un informe en el que echa por tierra el atestado policial y considera que lo ocurrido en la noche del 8 de enero del 2020 fue un asesinato e, incluso, lo califica como «ejecución sumaria». La falta de pruebas convincentes también hizo que el fiscal del caso, Honey Delgado, presentara cargos de asesinato, falsificación de pruebas y perjurio contra el capitan Wise Vicente Panuelos, y los sargentos Ronel Azarcon Pazo y Nido Boy Esmeralda Cortes. También, recientemente, otro amplio informe elaborado por el NBI de Filipinas (la Oficina Nacional de Investigación, un organismo similar al FBI americano) desmonta punto por punto las acusaciones contra Diego e incide en que todo fue un montaje y que hubo una «conspiración para asesinar al joven».

Portavoces de la familia y de la plataforma #xustizaparadiego indicaron que, tras estas diligencias previas, ahora hay que esperar a que la Justicia de Filipinas decida si hay elementos y pruebas suficientes como para celebrar un juicio contra los tres policías, aunque no saben precisar el tiempo que podría suponer este trámite. En todo caso, siguen manteniendo contactos con varios despachos de abogados en el país asiático para que se personen representando a la acusación particular en caso de que se abra juicio, ya que tan solo letrados oriundos están autorizados a hacerlo. 

La familia explica que los tres policías no hacen mención alguna en sus alegaciones a nuevas pruebas que confirmen su versión y que, a pesar de que los responsables del NBI ya negaron que participaran en esa supuesta redada, ellos siguen insistiendo en que hubo policías de la agencia antidrogas, concretamente Sreko Regis y Mark Paler, que el día del tiroteo se encontraban en otra zona del país. «Siguen manteniendo una mentira, a pesar de que está probado que Diego no tenía ninguna riñonera, ni pistola, que la autopsia confirma que la trayectoria de las balas iban a matar, que él no era un narcotraficante ni estaba en lista alguna de actividades ilegales y que tampoco vendía o consumía droga». «Otra circunstancia curiosa es que el capitán Panuelos cita en su atestado policial a los dos agentes del NBI que ya se demostró que no participaron en la redada, sin embargo no hace mención alguna a los que sí está probada su intervención», indicaron.