El rediseño del tráfico en el nudo de la plaza de Ourense, en A Coruña, sigue a la espera

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

La remodelación de uno de los puntos más conflictivos para la circulación no se hará antes de que se defina la nueva fachada marítima de Batería y Calvo Sotelo

08 nov 2021 . Actualizado a las 09:35 h.

Viernes 5 de noviembre. Ocho y media de la mañana. Tráfico intenso, con circulación muy lenta entre la avenida del Ejército y Juana de Vega. Conductores desesperados para llegar a tiempo a su trabajo. Pitidos, maniobras incorrectas, ambulancias, buses, transporte escolar... Es la situación que todos los días se vive en el entorno de Linares Rivas y la plaza de Ourense, el nodo de tráfico más complejo de la ciudad de A Coruña y también el más transitado en las horas punta. Como dice una trabajadora de la rúa Compostela, «este es el pan de cada día. Incluso los sábados hay problemas para circular con el coche. De hecho, yo intento venir andando porque el bus urbano también se ve afectado y acabas llegando tarde». En el entorno de la plaza de Ourense confluyen 14 carriles de circulación y están permitidos once giros distintos y, aunque varios gobiernos de María Pita anunciaron que iban a abordar posibles soluciones para evitar los atascos en esta zona, todavía no hay un proyecto concreto al respecto.

En todo caso, desde el equipo municipal que lidera la alcaldesa, Inés Rey, confirmaron que están estudiando posibles mejoras en el tráfico con los servicios municipales. El concejal de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, matizó que también analizan «a posibilidade de encargar un estudo externo para redefinir ese nodo, pero hai que ter en conta que a integración dos peiraos implicará cambios na mobilidade». En este sentido, el edil de Urbanismo, Infraestructuras, Mobilidade e Vivenda añadió que «hai que ponderar a conveniencia de executar agora unha gran inversión neste punto, xa que podería deixar de ter utilidade a medio prazo». 

El cruce más complicado

Mientras se buscan soluciones, hay propuestas extraoficiales de expertos, conductores y ciudadanos en general para mejorar el tráfico en esta zona. Alguno plantea prolongar la zona peatonal de la Marina hasta la plaza de Mina y potenciar el transporte colectivo, otro poner en marcha aplicaciones para compartir coche localizadas por barrios y destinos, otra coruñesa indica que el transporte metropolitano debería tener el intercambiador en Cuatro Caminos y no en Entrejardines, como se había propuesto en una fase inicial. Y Juan Carlos Vecilla, que lleva más de una década al volante del taxi 319, propone otra alternativa: «¿Por qué no derivan por el interior del puerto una parte del tráfico hasta conectarlo con el túnel de la Marina?». Él conoce bien la ciudad y confirma que este nudo gordiano es el más complicado de la ciudad con diferencia. «Entre las 8.30 y las 9.30 horas se forman grandes atascos. Pero las complicaciones no solo surgen en este punto, sino que el cuello de botella ya se forma en la confluencia de los viales de la avenida Primo de Rivera con los que llegan desde Alfonso Molina a la altura de Linares Rivas. «Ahí está el verdadero problema. La gente no respeta las líneas continuas e, incluso, alguno pretende cruzar cuatro carriles para meterse por Menéndez y Pelayo», explica este profesional. Indica que las confusiones más habituales las protagonizan quienes no viven en la ciudad, los foráneos. Y el fallo más habitual es pensar que pueden bajar por la calle Fontán hasta la plaza de Ourense y cruzar recto hacia la avenida do Porto, una de las pocas maniobras que están prohibidas en este cruce. Tampoco es posible cruzar desde Sánchez Bregua a la avenida do Porto y, desde la avenida do Porto incorporarse a la calle Picavia.

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Los conductores aseguran que desde que los buses metropolitanos entran en el centro de A Coruña, al intercambiador de Entrejardines, «el caos de tráfico es mucho mayor en esta zona ya complicada». Explican que a veces se forman «auténticas caravanas de seis o siete» buses urbanos, metropolitanos, escolares y discrecionales, lo que ralentiza mucho más la circulación.

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«Todo el mundo quiere llegar pronto a su trabajo, constantemente suena el claxon»

Los ciudadanos confirman que el cruce de la plaza de Ourense es el más complicado de la ciudad. Explican que existe mucha confusión sobre preferencias o los giros que se pueden hacer, una situación que se complicó todavía más desde que se construyó el carril bici, ya que en algunos puntos estos vehículos tienen que incorporarse a la calzada conviviendo con coches y autobuses. Entre otras alternativas, se plantea la posibilidad de crear una gran rotonda para ordenar los giros y aclarar las preferencias de paso. De esta forma, según indican, se abriría la posibilidad para los que llegan desde la avenida de Arteixo de continuar hacia la avenida do Porto y tomar el túnel de la Marina hacia María Pita o la zona del castillo de San Antón. Los conductores también demandan una mejor señalización y que los semáforos se adecúen mejor al ritmo de la circulación que hay en cada momento del día. En este sentido, Raúl Vázquez, Guillermo Rojas y Sandra Varela López, trabajadores de la cafetería El Quiosco de Down Experience confirman que el caos de tráfico y las molestias por la polución y el ruido se produce entre las 8.00 y las 9.00 horas, a las 15.00 y entre las siete y las ocho de la tarde. «Todo el mundo quiere llegar a tiempo a su trabajo, pero las prisas no son buenas. Yo ya he visto algún accidente y, en mi caso, que tengo problemas de audición, me molesta muchísimo el ruido que estos atascos generan, porque constantemente está sonando el claxon», explica Sandra. Raúl incide en que el problema viene de más atrás, desde la Casa del Mar y la incorporación de Alfonso Molina. «Ahí es donde empiezan las retenciones», confirma.

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