«Vimos una ciudad de espaldas al peregrino y sin iglesias abiertas»
A CORUÑA CIUDAD

Los escasos caminantes que recorren la ruta jacobea se quejan de la mala señalización y los tramos peligrosos
23 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.A Rita Delgado, oriunda de Ourense, solo le faltaba por hacer el Camino Inglés con sus siete compañeros de aventura. Lleva más de diez años en busca de la Compostela. El 11 de octubre alistó su mochila y su bastón y se animó a recorrer el tramo de A Coruña. Primero se encontró con que el templo donde comenzaba su travesía estaba cerrado. «Vimos a una ciudad de espaldas al peregrino y sin iglesias abiertas. Normalmente te ponen un sello para asociar el Camino con el sitio. Solo conseguimos la credencial que nos dio la Oficina de Turismo», sentencia.
El caso es que madrugó, fue hasta la iglesia de Santiago, pasó por la Marina, atravesó la avenida de Monelos y siguió recto hacia el Oncológico, pero el calvario empezó en Pedralonga. «Había cruces peligrosos, a la hora de salir de la ciudad, fue muy tortuoso. Hay tramos muy bonitos pero hostiles y sin señalización», se quejó. Terminó su ruta el 19 de octubre después de recorrer 170 kilómetros que, en sus propias palabras, significaron un «reajuste físico y un refuerzo para el autoestima».

Felipe López, otro peregrino de Andalucía, comparte las observaciones de Rita. Ya había visitado A Coruña con anterioridad e hizo el Camino a Santiago en bicicleta hace 15 años. Aún destaca la magia de la travesía como «una experiencia muy bonita». Cuando llegó a la ciudad también se sorprendió por la ausencia de lugares para colocar los sellos en las credenciales que reconocen el paso de los peregrinos por determinados tramos. Sin embargo, lo más impactante para él fue «pasar por la iglesia de Santiago y ver que la señal que hay en la parte de atrás está mal colocada. Marca para el este y debería estar hacia el sur».
El peregrino concluye que la Administración debería invertir en la señalización del tramo. «Estaría bien que mejoren las zonas por donde pasa la ruta, especialmente, la salida de A Coruña», dice. Pese a los fallos que encontró al hacer el Camino Inglés, no se desmotivó en su aventura: «Este año ha sido muy complicado por el covid. Pasé la enfermedad, necesitaba reencontrarme conmigo mismo, por eso decidí hacer esta travesía».