La madre del pequeño trasplantado en A Coruña: «Está perfecto, parece mentira por lo que ha pasado»

R. Domínguez A CORUÑA /LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Imagen de archivo de un trasplante cardíaco infantil realizado en el Chuac de A Coruña por los doctores Carlos Velasco, María García, José Cuenca y Bárbara Oujo
Imagen de archivo de un trasplante cardíaco infantil realizado en el Chuac de A Coruña por los doctores Carlos Velasco, María García, José Cuenca y Bárbara Oujo

«Ahora podemos mirar un poco más allá de futuro», dice la familia del menor operado en el materno del Chuac

23 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Está perfecto, fenomenal, parece mentira por lo que ha pasado», dice la madre. A su hijo, de 8 años, le llegó el corazón que necesitaba tras casi dos años y medio de espera y seis operaciones en el Hospital Teresa Herrera de A Coruña (Chuac). Su niño le dice que se encuentra mejor. «No se cansa tanto y no le duele nada», explica, de modo que la familia está feliz. Contentos, pero con ese temor prudente de quien ya ha pasado muchos desvelos repetidos. 

«No te paras mucho a pensar, yo estaba continuamente pendiente del móvil, pero cuando llega… Nunca estás preparada para esa llamada», cuenta de la larga espera. Tampoco lo estaba cuando, embarazada de su primer hijo, le dijeron que venía con una  cardiopatía infrecuente y muy grave. «Nos lo pusieron muy muy negro», recuerda. «Cuando estás embarazada piensas que vas a tener un bebé sano… Bueno, pues hay otros casos. Yo me di de bruces. Hay maternidades muy diferentes. Me di cuenta cuando después tuve a la niña, que estuve aún más insegura que con él», explica. Todo lo pasado le ha revelado otras certezas: «Te das cuenta de que la gente no valora lo que tiene y da importancia a cosas insignificantes; si tienes un bebé sano… No sabes lo que es tener a un niño en la uci, esperar a que te digan que está estable y pensar, ‘bueno, otro día más'». 

Todo el proceso «ha sido duro, sobre todo para él, que preguntaba», cuenta de su niño, un pequeño «supercariñoso, alegre, le gusta mucho saber las cosas, curioso, muy amigo de sus amigos, empático, que quiere ayudar a la gente... Es un valiente y lleva todas estas cosas genial», resume. 

Entró en lista de espera de trasplante en marzo del 2019. A la mamá no se le olvida porque faltaba poco para que llegase al mundo la pequeña de la casa, «otra distracción que hemos tenido», casi bromea. Entonces, el hermano mayor «tenía una vida relativamente normal, iba al colegio, no podía hacer ejercicio y no podíamos tener infecciones respiratorias porque se agravaría su situación», señala. Y entonces llegó el covid. Aún tuvieron que extremar más el cuidado y limitar más las salidas y los contactos.  Ahora, ya con el pequeño de vuelta a casa, sigue hablando con prevención, porque «se tiene que terminar de recuperar y poco a poco ir haciendo cosas que antes no podíamos; ahora podemos mirar un poco más allá de futuro». Piensan ya en «algún viajecito», pero con calma. «Él lo que está deseando hacer es estar con sus amigos, el contacto, llevar una rutina… pero todavía hay que esperar a enero o febrero, aún no puede volver al colegio», apunta.

Entre la alegría contenida, asoma también el agradecimiento, porque «no tener que desplazarte fuera es un gran alivio». Piensa que «todos tenemos como referencia los grandes hospitales de Madrid, pero aquí en A Coruña hay un equipo fantástico, increíble, lo hacen genial, el trato que hemos tenido siempre ha sido inmejorable», reitera esta madre que se limita a resumir con un «lo llevo» una travesía tan difícil que prefiere no detenerse: «No me he parado, no me he dado el lujo de parar, asimilar lo que estamos haciendo, lo que nos espera...Tienes que cambiar tu vida, pero mientras él esté bien, el resto da igual»