El cuarto capítulo del «reality» logró una gran audiencia, pero tuvo dos aspectos muy criticados, el rancio momento de los tres presentadores intentando imitar el acento gallego y tema del anisakis
06 oct 2021 . Actualizado a las 16:33 h.Al programa le llovieron críticas y espectadores. Las impresionantes imágenes de las playas de A Coruña, de la Torre patrimonio dela humanidad, de las galerías de la Marina o del espectacular paisaje desde el monte de San Pedro fueron vistas por más de dos millones de personas en toda España. «Me llamó gente de todos lados diciéndome que la imagen era preciosa», comenta Luis Veira. El cuarto capítulo de Masterchef Celebrity, el grabado en parte en nuestra ciudad, superó a los tres anteriores. «Seguimos creciendo. Superó los 2.037.000 espectadores y logró un gran 19,3 % de share», destacan desde la productora. Ni siquiera la meteorología adversa restó belleza a nuestra urbe. Pero hubo dos aspectos muy criticados, el incomprensible, innecesario y rancio momento de los tres presentadores intentando imitar el acento gallego, y el tema del anisakis y la insistencia de Jordi Cruz en el asunto. «El producto que nos mandaron de la lonja fue espectacular. Un productazo. Creo que en Barcelona y en el restaurante de Jordi no están acostumbrados a ver semejante material ni a trabajarlo. Si alguna pieza viene con parásito (en este caso una entre 34 kilos de merluza y en la zona de la ventresca) se limpia bien y se cocina a su buena temperatura. Y ya está», sentencia Veira. La asociación de vendedores de la plaza de Lugo indicó en redes sociales su satisfacción por la imagen del mercado en el programa de televisión. Pero este martes por la mañana en los micrófonos de Radio Voz varios placeros no estaban tan contentos. «Es que grabaron aquí como si comprasen el pescado y el marisco, pero en realidad no compraron nada. Podían haber dejado sin emitir la parte del anisakis», comentan Gonzalo y Yera, con una imponente merluza. Los dos salieron en el programa de A Coruña que disparó la audiencia. Los 80 invitados a la cocina pasaron dos penalidades. A principios de junio comer unos platos bastante malos y, cuatro meses después, ver por la tele el desastre de su cocinado. «Y pensar que nos comimos eso», dice una asistente.