Los médicos de A Coruña defienden la presencialidad y el contacto con el paciente

A CORUÑA CIUDAD

Más de 600 facultativos y sus familias se reunieron en el encuentro anual del Colegio de Médicos en el que se entregó la medalla de oro y brillantes a la cardióloga Marisa Crespo Leiro
02 oct 2021 . Actualizado a las 20:30 h.Hacía dos años que no se reunían y quizás eso influyó en la destacada asistencia, ya que más de 600 médicos y familiares acudieron al encuentro anual del Colegio Oficial de Médicos de A Coruña, en el que se entregaron los títulos de colegiados honoríficos a 115 facultativos que se jubilaron en los dos últimos años; nueve títulos de colegiados de honor a los médicos más veteranos; y la medalla de oro y brillantes de la institución a Marisa Crespo Leiro, jefa de sección de insuficiencia cardíaca en el Chuac y referencia mundial en este ámbito y en el trasplante cardíaco.
El acto, que presidió en Santiago el presidente del Parlamento, Miguel Ángel Santalices, y al que acudieron entre otros el conselleiro de Sanidade, García Comesaña, el presidente de la Agrupación Mutual Aseguradora, A.M.A., Luis Campos, o el rector de la UDC, Julio Abalde, sirvió para hacer un balance de lo que supuso la pandemia para la profesión médica y para los sanitarios en general.
Luciano Vidán, presidente del colegio, recordó que esta entidad fue pionera en su implicación durante la crisis del covid, destinando más de cien mil euros a iniciativas como la formación en línea sobre los conocimientos que sobre el virus existían en abril del 2020; una central de compras para abastecerse de material de protección; una línea de atención psicológica a los sanitarios; o una convocatoria para proyectos innovadores contra el covid.
La pandemia —ahondó Vidán— obligó a usar la tecnología, muy útil, «pero existe la percepción de que nos hemos acercado a los ordenadores y alejado de los pacientes». El presidente del colegio de médicos de A Coruña defendió la presencialidad en la relación con el paciente, «en nuestro trabajo es fundamental mantener un contacto cercano, explorar, palpar y acompañar. Y ello, por el momento, no hay máquina que lo permite».
Este contacto y complicidad con el paciente fue también una de las reivindicaciones de Marisa Crespo Leiro, medalla de oro y brillantes de la institución por ser una referencia mundial en su ámbito y por una vida dedicada a los pacientes y a la cardiología. «La gratitud es el principio de todas las virtudes», explicó la cardióloga. Y así se mostró esta reconocidísima profesional, agradecida. A su familia en primer lugar; a sus años de residencia en el hospital Puerta del Hierro de Madrid; a la llamada que recibió del cardiólogo Alfonso Castro Beiras, ya fallecido, para unirse al programa de trasplante cardíaco del entonces Canalejo; a toda su unidad y en general al Chuac, «me siento muy orgullosa de mi hospital. Todo lo que soy se debe a quien me ayudó». Crespo incidió en la relación médico paciente, tan importante: «Hay que intentar tratar al paciente como nos gustaría ser tratados a nosotros. Hacerle sentir que somos sus aliados». Con un discurso cercano y humanista, recordó la cardióloga que «debemos intentar alejarnos siempre de la vanidad. A cada uno de nosotros nos corresponde hacer bien lo que tenemos que hacer».
También Sánchez Bugallo, alcalde de Santiago, recordó la importancia del contacto entre médico y paciente y agradeció la labora de los profesionales durante la pandemia, mientras que el presidente del Parlamento, Miguel Ángel Santalices, que cerró el acto, destacó «o esforzo sobrehumano» de los sanitarios en la crisis del covid.