Jorge García, psicólogo del Chuac: «Que los sanitarios estemos bien también depende de los pacientes»

R. D. Seoane A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Jorge García Fernández, psicólogo del Chuac
Jorge García Fernández, psicólogo del Chuac ANGEL MANSO

«La cohesión grupal fue un factor protector durante el covid», señala el responsable del plan de apoyo emocional a los trabajadores de la salud que hicieron frente a la pandemia

05 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Trabajador del Chuac desde el 2002, con la llegada del covid-19 el psicólogo Jorge García Fernández ( A Coruña, 1967) se puso al frente de un programa para ayudar a los que ayudaban. Es el responsable del plan de apoyo psicosocial a los trabajadores de la salud del área sanitaria.

—¿Cómo están los sanitarios?

—Durante este período un poco feo fuimos tomando la temperatura al personal, que ha pasado por diferentes fases. Una primera inicial de mucho estrés, pero con mucha energía. Después llegó la normalización, el cansancio y la desesperanza por las expectativas no cumplidas. Todavía estamos intentado remontar a un mundo previo que ya no está. El vigilante que vive en nuestra cabeza sigue despierto, nos ha ayudado el verano, las vacaciones, pero todavía hay una sobreactivación con sensación de cambio e incertidumbre.

—¿Cómo han intervenido para ayudarlos?

—Hicimos desde reuniones con el personal de urgencias y de las plantas, hasta atención individual. Hemos ido pasando a un programa de atención al personal más de promoción que de reparación, para atender las necesidades emocionales por su propia vida y por su trabajo.

—Vivirlo en primera línea marca, ¿no?

—Hay tres factores que hacen que podamos sufrir un poco más. Nuestro mundo es diferente, tenemos más dificultades para ver que el mundo es bonito, porque nosotros vemos todas las excepciones, los muertos del covid, los jóvenes, los que quedan con secuelas... Nos cuesta creernos eso de si te cuidas todo irá bien. Tenemos una visión sesgada de la realidad hacia excepciones negativas. Nos cuesta un poco más vivir en ese otro mundo más optimista. Además, las personas que trabajamos en esto, por rasgos de personalidad, tenemos la patología de que las cosas hay que hacerlas bien. Eso no ayuda a ser flexible, el sentimiento de hiperresponsabilidad es otro factor de carga. Y hay otra cosas que hemos visto: los profesionales sanitarios también llevan la carga y la responsabilidad de los cuidados médicos de su familia extensa. Todos ellos son elementos que hacen que tengamos que cuidar a estas personas. Sobre todo porque es una mejora para todos.

—¿Estuvieron muy afectados?

—En cierta medida. He aprendido de la capacidad de las personas de autoreparación colectiva, fundamentada en la ayuda mutua, en la cohesión, en compartir habilidades y técnicas, en generar empatía incluso con el mundo que no se cuida. Hemos podido generar y compartir los factores reparadores que hacen que podamos aguantar. Hasta un punto, claro, porque la biología tiene un límite. En el equipo hemos actuado, hemos hecho nuestro trabajo, pero sobre todo hemos monitorizado y favorecido que se compartiera. Tras la fase inicial, llegó la curva de cansancio y de acumulación, por la carga laboral y por factores externos personales. Las vidas son complicadas y si le pones un 15 % más de carga en alguna de las partes, rebosa.

—¿El grupo, en cierta forma, protege?

—Sí, sí. Los factores protectores fueron la cohesión grupal, la colaboración mutua. Y luego la demanda que, pese a los momentos complicados, sobre todo a principios de año, en general fue asumible desde el punto de vista laboral. Nos ha ayudado eso. Estamos cansados pero entrenados.

—Y ahora, ¿qué?

—Hay que crear una visión constructiva común de dificultades y aprendizajes. Estamos en un momento de plantear más un futuro de cuidados sin covid que poscovid. De ver cómo aprovechar el aprendizaje para mantener los cuidados.

—¿«Construir contextos sanitarios resilientes», como usted dice?

—Un entorno resiliente tiene que ser algo común, para saber cuáles son los factores para que entre todos estemos mejor. Aquí es cosa de la propia institución, de los profesionales y también de los pacientes. La empatía, la mejora en el trato y en la relación entre todos, que es el factor más importante, es trabajo de todos

—¿Y cómo se consigue eso?

—Básicamente con habilidades personales y con la actitud de sentirse responsable del bienestar de tu equipo. Y también es importante generar en la sociedad, ahora que somos importantes, que el que nosotros estemos bien también depende de que los pacientes y la sociedad nos cuide. Hay que generar esta idea de convivencia, algo que hemos desarrollado en esta etapa del covid, crear redes de comunicación entre profesionales, mejorar las estrategias de manejo de las emociones y de control del estrés. Hay que aliviar la carga de hiperresponsabildad y dejar tiempo para cuestiones personales. Eso que decimos mucho de “me cuidaría mejor si tuviera más tiempo o si me pagaran mejor” no vale. Nadie te va a cuidar si no lo haces tú primero. La responsabilidad es personal y de todos.

«Una experiencia intensa nunca te deja como estabas, eres otra persona»

Los programas de apoyo a disposición de los profesionales del área coruñesa y, sobre todo, la intención decidida de que se sientan apoyados fueron los mensajes claves transmitidos durante la jornada sobre salud mental en tiempos de covid celebrada esta semana en el Chuac. «Con una charla de 15-20 minutos no vamos a arreglar mucho, pero sí podemos hacer hincapié e implicar a las personas que trabajamos en esto en un proyecto compartido», valora Jorge García.

—Se habla mucho de los daños emocionales que causan vivencias como el covid, pero los malos tragos ¿nos refuerzan?

—¿Cuando tienes una enfermedad y la superas o te curas, sales mejor? Sí, pero siempre queda algo. Esto no es el balance económico de una empresa, no hay una fórmula matemática que suma y resta. Sales con tus cicatrices y con tus aprendizajes.

—¿Y con más miedos?

—Sales con tus miedos, sí. Pero también con tu percepción de que puedes superarlos. A veces vives ajeno a realidades en las que no caes hasta que te suceden. Puedes tener miedo a ponerte enfermo otra vez, pero también puedes pensar “he generado resistencia y capacidad para superarlo”. Cuando pasas situaciones así, las personas hablan de las dificultades que ven por delante, pero también de los aprendizajes y fortalezas. Nunca una experiencia intensa te deja como estabas, no puedes volver al punto de retorno porque eres otra persona. ¿Estamos más estropeados? Algo se nos habrá estropeado, la confianza, la alegría del momento... Pero se te han activado otras cosas de cómo te las has apañado tú y los tuyos y como te las tendrás que apañar en otras situaciones que vendrán. Lo aplicarás a otras áreas y momentos de la vida. Sin romanticismos, algo habremos aprendido, sí.