Los expertos nos han advertido y enseñado que la mascarilla es útil en lugares cerrados o allí donde hay aglomeración en espacios abiertos
30 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Abro el debate en forma de pregunta porque de un tiempo a esta parte observo que la gente de fuera en cuanto pone un pie en esta ciudad se sorprende de la cantidad de personas que usan mascarilla por la calle cuando ya no es obligatorio. Y sí, no hay más que echar un vistazo para ver que la mayoría de los coruñeses siguen eligiendo esa opción cuando corre el aire. Y miren que aquí corre. Por eso ahora que estamos todos vacunados, y sabiendo que afortunadamente la situación epidemiológica ha mejorado enormemente, me asalta ese elevado instinto de protección nuestro allí donde, insisto, ya no es necesario. Claro que no se trata de ser una irresponsable y de llamar ahora a que nos pongamos a lo loco a hacer botellón, no, no, no. No me estoy refiriendo a eso, sino a esa inercia social que nos hace ponernos la mascarilla a toda costa en la calle por si alguien nos mira mal. Porque es cierto que hay esa ollada de esguello en algunas personas que siguen viendo como una acción suicida el hecho de no llevar mascarilla cuando se va paseando en un lugar abierto y despejado. Y tal vez no estemos enfocando con sentido común o al menos no con el sentido que nos hace protegernos bien.
No parece lógico que estemos en casa conviviendo con nuestros hijos, padres o pareja sin mascarilla y justo cuando ponemos un pie en la calle con ellos nos tapemos todos la boca por seguridad cuando nos da el aire. Los expertos nos han advertido y enseñado que la mascarilla es útil en lugares cerrados o allí donde hay aglomeración en espacios abiertos, pero si vamos paseando del ganchete con el marido o bajamos solos a caminar, respirar aire puro nos vendrá bien. En ese contagio que trae consigo el miedo creo que los coruñeses nos hemos aferrado a una protección muy social. Al aire libre, la mascarilla puede volar.