Imelda Capote, sobre el volcán de La Palma: «Una vida no se puede recoger en 10 minutos»
A CORUÑA CIUDAD
La delegada de la Agencia Tributaria en Galicia es palmera, y aunque reconoce que el origen volcánico de la isla está muy presente en su población, asegura que «no nos levantamos cada día con miedo»
22 sep 2021 . Actualizado a las 14:30 h.Fue una entrevista de algo más de 20 minutos, el doble del tiempo que tienen sus vecinos para salvar todo lo que puedan de sus casas antes de que la colada de lava del volcán que entró en erupción en La Palma destruya una parte importante de sus vidas. Por sus venas corre sangre palmera, del municipio de El Paso, a pesar de que Imelda Capote, la delegada de la Agencia Tributaria en Galicia, lleva años viviendo en A Coruña. «Una vida no se puede recoger en 10 minutos. La nuestra es una isla pequeña en la que todos nos conocemos, por eso sé que nadie se va a quedar sin un techo bajo el que dormir y que todos ayudarán en la medida de lo posible», aseguró en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz. Reconoce que vivir el drama por el que está pasando la isla de La Palma desde la distancia le genera «preocupación y pena», pero aún así siente la necesidad de estar pendiente de lo que allí está sucediendo desde que se levanta.
«El origen volcánico de la isla está presente en la mente del canario en general y del palmero en particular. Vivimos allí y lo asumimos, pero no nos levantamos cada día con miedo a que explote un volcán. Quizá a partir de ahora haya un poco más», explicó. A la responsable de Hacienda le asombró el breve espacio de tiempo que pasó desde que empezaron a notarse los primeros movimientos sísmicos hasta que el volcán entró en erupción y explicó que, aunque la población estaba avisada de que posiblemente se llevasen a cabo desalojos, «la gente desconocía la magnitud y apenas metieron algo de ropa, medicinas y documentación. Pensaban que sería un desalojo, no que iban a perder sus casas».
Los más de 2.400 kilómetros que la separan de su tierra natal no han hecho que pierda ni un ápice de preocupación «por saber cuándo va a parar, qué zonas va a afectar porque hay muchas casas, cultivos, vías de comunicación… Es una sensación de pena y tristeza enorme. Les mando todo mi apoyo» y pide a las administraciones públicas que sean «lo más ágiles posibles para que las ayudas lleguen tan pronto como se pueda».