Angie, pegó más de mil carteles de conciertos en A Coruña: «Solo soy una tuerquita del engranaje, pero todavía estoy en la máquina»

Tamara Rivas Núñez
Tamara Rivas A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Cedida

Tras años vinculada al sector musical coruñés y a la sala Mardi Gras, se despide de la ciudad para empezar una nueva etapa de su vida en León

02 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay una Angie en A Coruña que durante décadas ha sido capaz de hacer sombra incluso a la de The Rolling Stones. Una mujer a la que la frase «genio y figura hasta la sepultura» le va como anillo al dedo. Una auténtica roquera a la que las circunstancias de la vida le obligan a cambiar los aires herculinos por las tierras leonesas. Se marcha «nerviosa y emocionada», pero Ángeles de la Fuente, Angie, asegura que regresará y promete no morirse «sin volver a Monte Alto».

Empezó en el mundo musical gracias a un amigo hace ya unas cuantas primaveras. «Trabajaba en la productora viguesa La Fábrica de Chocolate y empecé a colaborar con él. Estuve en la gira promocional de Xoel de road manager, fui ayudante de producción, representante de artistas y grupos… Pasé por distintos puestos e hice casi de todo en este mundillo. Ahora soy solo una tuerquita del engranaje musical, pero todavía estoy en la máquina», señala. Fue así como entró a formar parte hace una década de la familia de la Sala Mardi Gras.

Angie estuvo en la celebración del concierto 2.000 de la sala Mardi Gras
Angie estuvo en la celebración del concierto 2.000 de la sala Mardi Gras

«Al principio hacía promoción a productoras o grupos de otras ciudades que venían a A Coruña a tocar y les hacía la pegada de carteles», explica. Echando cuentas con Tomi Lestedo hace unos días le salen facilmente más de un millar en todos estos años. Precisamente, desde las redes sociales de la Mardi Gras, han pedido a todos aquellos que acabaron asistiendo a un concierto en la sala tras toparse con uno de esos carteles que Angie pegó con tanto cariño y dedicación por escaparates, corchos y paredes de A Coruña, que le den las gracias para que ese agradecimiento llegue hasta León, donde desde ayer empezó una nueva etapa de su vida para cuidar de su madre.

Entre los miles de recuerdos, experiencias y emociones que se le pasan por la cabeza recuerda el concierto de Sidonie en la playa o el de Ojos de brujo en el Palacio de los Deportes. Y a pesar de haber conocido a «media tropa de músicos españoles y parte del extranjero», asegura que no tiene ninguna foto con ellos. «No es algo que me dé pena porque son vivencias que me llevo puestas. Eran situaciones muy íntimas que quedan para nosotros», reconoce.

Ahora, con los 65 ya cumplidos «toca jubilarme y aprovechar el descuento de los autobuses», bromea. Pero tiene claro que «lo de ir a Benidorm con el Imserso a bailar la Macarena no va conmigo. Difícilmente me pillaréis en una de esas».

Pero Angie es de las que no paran ni quieren parar. Y ni siquiera un cambio de destino la frenará: «Voy con planes». Por su cabeza van tomando forma diferentes ideas y ya que vivirá cerca de la universidad, tiene la intención de intentar colaborar de algún modo con la radio universitaria. «Ilusionarme con algo porque quieta no me voy a quedar», sentencia.