La nueva movilidad provoca opiniones dispares entre vecinos y turistas
29 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Los cambios en el centro de la ciudad son una realidad tangible. Los Cantones conviven desde hace un par de meses con dos carriles menos, como parte del plan de peatonalizaciones impulsado por el gobierno local. Los ciudadanos asimilan poco a poco la remodelación, con opiniones dispares al respecto.
Una de las principales razones para apoyarla es el impacto medioambiental. Con menos vehículos en circulación, la contaminación disminuye notablemente. «Es el futuro de los núcleos urbanos, como en Europa», comenta Gemma. Todos los veranos viaja desde Barcelona para pasar unos días en A Coruña. Tras comparar la imagen de los Cantones antes y después, solo ve ventajas. «El tránsito de personas favorece el comercio y, en consecuencia, enriquece la vida de cualquier sitio», explica. Su acompañante, Xavi, va más allá: «En muchas ciudades ni siquiera hay párkings en el centro, algo que aquí se sigue conservando», añade.
Otra pareja de turistas catalanes, Pol Redoreda y Berta Bertrans, comparte la misma opinión. «En Europa, las capitales son peatonales y el ritmo es mucho más tranquilo. Teniendo el doble de habitantes, la circulación funciona perfectamente», dice Pol.
El ensanchamiento de la calzada lleva a buscar otras alternativas de desplazamiento diferentes al coche. «Todo lo que sea espacio para las bicicletas o para andar, bienvenido sea», comenta Íñigo Sagarminaga. Originario de Bilbao, lleva un año viviendo en la ciudad. «Allí también se han peatonalizado algunas de las zonas más céntricas», comenta. Además de caminante, también es conductor. «Si no quieres pasar por aquí, hay trayectos alternativos. Aunque a veces te pillen un poco a desmano, noto más beneficios», comenta.
Menos tráfico
No todo son halagos. Los detractores ponen en el punto de mira la inaccesibilidad de cualquier vehículo a la zona. Alberto Martínez y Elena Suárez, vecinos de A Coruña, creen que se tendría que haber procedido de una forma más consciente. «Hay que buscar el equilibrio entre la peatonalización y la accesibilidad, y aunar una opción para que la gente con dificultades de movilidad pueda llegar de una manera más cómoda», reflexiona Alberto.
Uno de los grandes atractivos de la ciudad herculina en época estival son las ferias que ocupan los jardines de Méndez Núñez. Carolina Pezzana atiende al público en La Aguada, uno de los puestos que componen Mostrart. En comparación con otros años, nota menos afluencia de gente, y culpabiliza la «desatención» de esa parte de la acera. «La gente pasea por la calle de enfrente, ahora más grande y mejor habilitada», comenta.
Algunos viandantes, como Jesús Boedo, tienen un criterio más tajante. «No hay donde aparcar. Si tengo que comprar algo prefiero ir a Marineda, que el aparcamiento es gratuito y tengo espacio más que de sobra para pasear», comenta.
El comercio local no evaluará el impacto hasta septiembre
Los comerciantes de la zona coinciden en que habrá que esperar hasta septiembre para poder cotejar los resultados. «Notamos que viene más gente, pero todavía no sabemos si es por la calle peatonal o porque es verano», explica Marcial López, empleado de la cafetería Manolo Bakes, situada en el Cantón Pequeño. Nieves Franco, propietaria de la tienda Psicodelia, comparte este punto de vista: «El centro está lleno de gente de fuera. Cuando se vayan y quedemos solo los coruñeses, veremos el impacto real de la peatonalización», indica.
Desde su negocio, localizado en Rúa Nova, apela a la importancia del comercio como motor del centro de la ciudad. Por eso, pide alternativas que aseguren el correcto acceso de la gente que viene desde otros puntos. «¿Quienes mejores que nosotros, los comerciantes, para que la ciudad progrese? Aquí es donde verdaderamente está el comercio coruñés, no tiene nada que ver con un centro comercial», alega.