La hostelería de A Coruña acata las nuevas restricciones con un claro mensaje: «Nos hunden»

Lucía Cancela
lucía cancela A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

GEMA GARCÍA

El sector tiene desde este martes un 50 % del aforo en la terraza, y 30 % en interiores. El certificado covid queda ya atrás

19 ago 2021 . Actualizado a las 12:51 h.

Los hosteleros de A Coruña amanecían este martes con nuevas restricciones, 50 % del aforo en la terraza, y 30 % en interiores. El uso del certificado covid queda ya atrás.

Felipe Bustos, propietario de Samaná Coruña, reconoce que la medida «era incómoda para los clientes y para mí». No entiende cómo eran ellos quienes tenían que pedir la documentación: «No es normal que nosotros tuviésemos que ver la identificación de nadie. Sea cliente de todos los días, o un cliente nuevo». Pero con las nuevas restricciones declara: «Nos hunden»: «Los fines de semana viene más gente, muchas a tomar copas, y les tenemos que decir que no». Para él la solución, «pese a cumplir todas las medidas», dice, «está en acelerar la vacunación».

Arantxa Rodríguez, sentada en terraza, asegura que «el nuevo aforo no me supone un problema». Ella se sienta «por costumbre» en el exterior. Eso sí, «para los hosteleros tiene que ser un lío», reconoce.

Julio Manuel Gómez, hostelero
Julio Manuel Gómez, hostelero GEMA GARCÍA

Julio Manuel Gómez, propietario de O Ceo, la resumía en una sola frase: «Es muy fastidiado». El responsable de la cafetería lamentaba las medidas impuestas durante tanto tiempo: «Llevamos un año y medio de pandemia, tenemos el 70 % de la población vacunada y nuestro día a día como hosteleros no mejora». Julio asegura que él cumple todas las medidas y por ello, los clientes acuden a su local: «Saben que es un espacio seguro, ellos empatizan y actúan de igual forma».

No obstante, tiene la sensación de ir hacia atrás: «El verano pasado había muchas menos restricciones». Y añade, «parece que hay dos mundos en la calle. Por un lado, la gente que va siempre con mascarilla, y por otro, las restricciones que tiene la hostelería, siendo de las más estrictas de España». Por eso, dice, cuando tiene clientes de otras comunidades autónomas se sorprenden: «Me preguntan si llevar mascarilla por la calle es obligatorio». Julio solo puede resignarse: «Es frustrante». En su caso, «prefería pedir el certificado covid», concluye el responsable, «tenía más espacio operativo y nadie protestaba».

Nerea Caamaño está tomando un zumo en una terraza de la Marina. Las nuevas restricciones no le influyen en sus hábitos como clienta: «Yo solía sentarme en el exterior porque no tenia el certificado covid, y así también aprovechaba el buen tiempo«. Para ella, la medida «es una faena» para los hosteleros, «que son los principales afectados». Pese a que la joven no contaba con el documento que acreditaba su acceso a interiores, tenía claro que no sería posible: «Sin la aprobación judicial no había por dónde cogerlo». Eso sí, reconoce que «es una pena»: «Era una buena forma para que los hosteleros ampliasen el aforo». Ahora con el interior al 30 %, vuelven a recibir «un mazazo».

Interior del Siboney, este lunes, casi vacío con las nuevas restricciones
Interior del Siboney, este lunes, casi vacío con las nuevas restricciones GEMA GARCÍA

Hay negocios especializados en café, que a primera hora de la mañana cuentan con un alto trasiego de gente. Siboney es uno de ellos. El encargado, Hernán Romero, asegura que cumplen las medidas «según se van indicando». Sin embargo, las modificaciones continuas «nos marean con el personal», comenta en referencia a la contratación de empleados. Pamela Barrios, propietaria de La Riqueira, señala que las nuevas medidas son «una ruina», especialmente cuando se han hecho «de un día para otro». La propietaria pide responsabilidad a los usuarios: «Hubo mucha gente que se molestó cuando le pedías los certificados. No los querían dar. Y ahora, por mal comportamiento, tenemos que reducir de nuevo los aforos».

Con las restricciones actuales, en el interior de su local «caben unas 10 personas, cuando antes podían entrar casi 30». Y lo mismo ocurre con el exterior, con espacio para seis clientes. Su caso es el que viven varios hosteleros de la ciudad: «Apenas tenemos una terraza, y eso nos deja sin margen de maniobra», lamenta.

Marcos Edrosa, cliente de la cafetería Sousantos
Marcos Edrosa, cliente de la cafetería Sousantos GEMA GARCÍA

«Primero le dicen una cosa, y después otra»

Marcos Edrosa es un cliente de confianza del bar Sousantos. El usuario reconoce que las modificaciones «son un lío». «Primero le dicen [a los hosteleros] una cosa, y después otra». Por eso, «empatizo bastante con el sector». El propietario del mismo local, Agustín Sousa, se siente «vacilado». Lamenta que los hosteleros «estamos pagando las consecuencias de una situación que nadie comprende».

Eso sí, reconoce que los clientes les entienden «cada vez más y aceptan las medidas sin protestar». Pero si hay una cuestión que el encargado tiene clara es su labor como hostelero: «Nosotros estamos para poner cafés, no para andar haciendo y cambiando los carteles de la puerta», comentaba en referencia a las señales acerca de las prohibiciones.

Adolfo Díaz, tomando un té en una de las terrazas coruñesas, reconoce que no estaba de acuerdo con el uso del certificado covid: «Era una exageración entregarle mi documentación y datos personales a desconocidos». Respecto a las restricciones, piensa que sería necesario «viajar para ver lo que hacen el resto de países»: «Estamos haciendo un poco el ridículo», concluía el usuario.

Recurso para la nulidad de las medidas

La Asociación Provincial de Hostelería de A Coruña presentó, en la mañana de este martes, un recurso ante el Tribunal de Xustiza de Galicia para solicitar «la nulidad de la orden en su totalidad». El presidente de la entidad, Héctor Cañete, detalló que el procedimiento «se dividió en varias líneas». No obstante, explicó las dos peticiones principales: «En primer lugar, solicitamos la nulidad total de las medidas actuales porque consideramos que son lesivas y excesivas para un momento de pandemia en el que los casos se reducen».

En segundo lugar, piden «la ampliación de las terrazas al 100 % de su aforo». Cañete asegura que el 30 % en el interior, y el 50 % en el exterior «supone un coste inasumible para el sector». Por ello, la totalidad de los hosteleros asociados accedieron «de forma unánime a presentar el recurso inmediatamente». Pese a estar encabezado por la asociación coruñesa, el procedimiento cuenta con el apoyo del resto de federaciones provinciales. 

El presidente lamentaba también que estas restricciones lleguen en «un muy mal momento»: «Es año Xacobeo, pleno agosto y cuadra que hace buen tiempo en Galicia». Algo que, sin duda, anima a la gente a disfrutar del ocio. Cañete señalaba que asumieron la petición del certificado covid, «aunque no la compartíamos», añadía. Los hosteleros entendían que «en una situación en la que los contagios estaban al alza se debían tomar medidas de seguridad».

Además, señalaba el responsable, «con el pasaporte podíamos tener los aforos a la mitad tanto dentro como fuera». No obstante, ante el descenso de los números del covid un nivel tan alto de restricción, «no es comprensible», y explicaba: «La pandemia varía con tanta rapidez, que lo que era válido hace tres semanas ha dejado de serlo».