No se puede huir de la niebla

Antía Díaz Leal
Antía Díaz Leal CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

Este fin de semana descubrimos que la niebla que te cierra el Orzán (y toda la costa) en cinco minutos se llama de advección

21 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

A la generación que nos dejó sin clase el Hortensia todo esto de los nombres científicos de los fenómenos meteorológicos nos suena a chino. Un día eres joven y el siguiente te escuchas decir que las ciclogénesis explosivas pasaron toda la vida y no hacíamos tantos aspavientos.

Nos sale la vena abuelo cebolleta con cuarenta años. Este fin de semana descubrimos que la niebla que te cierra el Orzán (y toda la costa) en cinco minutos se llama de advección. Y que en California pasa lo mismo. Vamos, que eso que nos pasaba cuando éramos pequeños y en verano te fastidiaba el día que amanecía de playa, tiene nombre oficial y también lo sufren en Malibú. Aquí no se ve la Torre y allí desaparece el Golden Gate, y resulta que lo de ser Galifornia está muy bien pero no tanto.

Este domingo de nieblas traicioneras intentamos plantar la toalla en cuatro playas de la provincia. Huimos de la caravana para entrar en Miño como de la peste, con la superioridad moral de quien prefiere las playas perdidas. Volvimos a escapar del embotellamiento de Cabanas. Y cuando quisimos comer nuestros veraniegos bocadillos en la costa menos masificada del entorno de cabo Prior, nos imaginamos las carcajadas de los que sufrieron el atasco pero disfrutaron de la playa mientras nosotros nos quedábamos con cara de Javier Krahe rondando a Marieta.

No crean que aprendimos algo: a la vuelta volvimos a despreciar Cabanas porque seguro que en Miño hacía sol. Error. Y decidimos apostar todo a Riazor... para perder estrepitosamente y acabar en la Marina con la chaqueta puesta y un helado, después de chupar AP-9 de ida y vuelta buscando un rayo de sol que iba y venía como las promesas de descuentos en los peajes.