El perro guía entrenado por la ONCE en Boadilla del Monte ya vive en A Coruña
20 jul 2021 . Actualizado a las 12:06 h.Acaban de conocerse y la primera toma de contacto ha sido un soplo de vida para José Manuel Paz. «Los meses del bastón fueron muy duros. Por la pérdida de Heroi y porque cuando salía a la calle tenía mucho miedo», comenta este vecino de Os Castros ( A Coruña) que se quedó sin visión hace años por un tratamiento médico. En el barrio son varios los vecinos que lo paran a él y a su nuevo compañero, Thabet, para felicitarlos. La pareja comienza a afianzarse.
«Para ambos comienza un nuevo ciclo, se abre un nuevo libro tras el triste fallecimiento de Heroi», comenta Jorge Valle Esteban, instructor de perros guía de la Fundación ONCE. El 22 de marzo José Manuel, que este 2021 cumple los 74 años, se despidió de su perro guía, que murió por un cáncer. Desde entonces, estaba a la espera de nuevo acompañante que le acaba de ser designado. Con Thabet también se desplazó hasta A Coruña una delegación de la escuela de perros guía de Boadilla del Monte (Madrid), la única acreditada en España. «Cumple dos años en agosto, es un perro muy joven, pero es serio y entregado a su labor. Un perrazo que, además de guapo, trabaja fenomenal», destaca Nuria García López, la instructora en formación que se ha encargado de adiestrar a este labrador retriever de pelo colo chocolate.
No es una mascota
Como recuerdan los formadores, un perro guía no es una mascota, sino un profesional, y estos días Thabet ha estado conociendo las calles por las que camina José Manuel. Es capaz de memorizar rutas, objetivos e indicaciones. Una meta para la que los preparan desde que nacen.
Además, «sabe reconocer y evitar obstáculos, tanto estáticos como en movimiento, a nivel del suelo o en altura. Marca a su usuario la llegada a bordillos, escaleras o desniveles, busca puertas de acceso, asientos libres en transportes públicos y tiene iniciativa para encontrar la mejor alternativa de paso», detallan en la ONCE.
«Empiezan con familias educadoras que los tienen desde los 57 días de edad. Conviven con ellas en una casa y ya les dan una pequeña formación en cuanto a obediencia y a enseñarles distintos entornos para que se acostumbren. Luego, al año, pasan a la escuela. Los tenemos cuatro meses en entrenamiento temprano y otros cuatro meses en entrenamiento avanzado. Después, les buscamos un emparejamiento, una persona que se adecúe a las características del perro», resume el proceso Nuria García.
En A Coruña han pasado seis días con Thabet, que desde la primera noche durmió en casa en de José Manuel. Se tiene que habituar a él, a su ritmo caminando, y José Manuel tiene que refrescar sus conocimientos sobre el abordaje de estos canes y saber cómo guiarse por ellos. «Son tal para cual», destaca Nuria.
«En cuanto me llamaron el uno de junio para decirme que me asignaban a Thabet fue un desborde de alegría. Estaba muy triste y nervioso», recuerda José Manuel. Aunque el covid no cerró la escuela madrileña, sí afecto a procesos como la estimulación de los perros en el entorno urbano. «Que vías como la Castellana estuviesen sin coches era una situación anómala. Hubo un pequeño parón, pero estamos recuperando bien», explica Valle.
La capacidad para aprender de perros como este nunca termina. Heroi llegó a memorizar unas 500 calles de A Coruña. Llegaba con que José Manuel le dijera una y él diera comienzo a la ruta. «En la escuela les ponemos un nivel estándar de trabajo. Luego, los perros se van haciendo a la persona cada día. La capacidad de aprendizaje es inmensa y también depende mucho del usuario que los tiene».
La llegada del retriever también supone un adiós para Nuria: «Me despido de él con mucha tranquilidad porque sé que José Manuel lo va a tratar bien».
A Heroi, al que considera «mis ojos» lo llevó hasta la Capilla Sixtina. Para Thabet tiene unas primeras visitas comprometidas: «A la cafetería París, aquí en el barrio, a unos amigos de El Corte Inglés que tenía Heroi y al delegado de la ONCE. Yo creo que le va a gustar A Coruña, en eso andamos», vuele a sonreír José Manuel.