Curiosamente, el nombre de Fidel Castro no asoma en ninguna calle de Oleiros, cuyo alcalde esperó a su muerte para poder dedicarle el parque de As Galeras (Castro no aceptaba este tipo de homenajes en vida). No obstante, García Seoane tuvo que recular porque desde Cuba insistieron en que el deseo del comandante se prolongaba para la posteridad, y As Galeras siguió llamándose As Galeras. Como mucho, y si alguien lo puede considerar un guiño, en el camino litoral de este espacio se han marcado pivotes con la leyenda «Costa libre». García Seoane, nombrado hijo adoptivo de La Habana, no tardó en ser conocido a nivel nacional como el «alcalde castrista» de Galicia, pero no ha contado con un icono de su discurso hasta la construcción de la estatua del Che Guevara, en la desembocadura de la avenida bautizada con el mismo nombre.
También el programa Fío Aberto de la emisora municipal, donde el alcalde atiende las quejas de los vecinos, comienza con la sintonía de la canción escrita por Carlos Puebla que se convirtió en el símbolo de la revolución cubana. «Se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar», reza el estribillo.