Por su nombre

María Doallo Freire
María Doallo NO SÉ NADA

A CORUÑA CIUDAD

08 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace una semana hablábamos de la libertad de amar y de ser quiénes realmente somos. Ahora esto. «Lo que te llaman mientras te matan importa». Esto es lo que clamaba una de las pancartas presentes en las múltiples manifestaciones con las que intentamos exigir, e implorar con el alma rota, #xustizaparaSamuel. Esa que no tuvo cuando lo asesinaron de madrugada entre una manada de energúmenos a las puertas del Playa. Dios mío, no sé ni cuántas de mis visitas a A Coruña habrán terminado en ese club. Al cierre, volviendo a casa con amigos, entre risas y dramas. Recorriendo el paseo marítimo, alguna que otra vez descalza, en dirección a una ansiada cama en la que apagar la noche con un sueño profundo. No sin antes parar a comer algo en cualquier bar. Y al día siguiente, claro, rememorar cada momento de los compartidos de madrugada. Sin ningún miedo y sin ningún peligro. Porque no los tenía. No como Samuel, claro, porque él era gay. Él amaba a personas -exactamente igual que hago yo. Y que tú- pero de su mismo sexo. Y eso puede desencadenar la rabia y el odio suficientes como para que te maten. Su corazón, llenito de amor para todos los que le rodeaban -hombres y mujeres indistintamente-, se paró después de recibir una brutal paliza a manos, y a pies, de siete auténticos desconocidos con los que apenas había cruzado un par de frases. Y esos que lo mataron, lo hicieron al grito de «¡Maricón de mierda». Por eso es tan necesario llamar a las cosas por su nombre y hacerlo usando los términos adecuados. Esto es un crimen homófobo en pleno mes del Orgullo del 2021. Y Samuel era un niño, tranquilo y cariñoso, rebosante de sueños, de amigos y de metas, y también homosexual, pero nada maricón de mierda.