Ya aparecía el martes en los análisis de aguas residuales que se hacen en Bens. El miércoles había 25 casos confirmados entre A Coruña y Vigo, y ayer volvían a subir en nuestra ciudad porque cuando la variante delta (india) del covid-19 irrumpe en un sitio lo hace al galope.
La delta ya es responsable de uno de cada cinco contagios en Estados Unidos y su prevalencia se duplicó allí en dos semanas porque su capacidad de transmisión, según los científicos, es muy superior a la de cepas anteriores. En Europa, aseguran estos, será responsable en agosto del 90 % de los casos de covid.
Y habrá unos cuantos en A Coruña si la vacunación no vuela alto, porque únicamente la segunda dosis de la vacuna es realmente eficaz contra esta variante, y por ahora solo cuatro de cada seis personas tienen la pauta completa. En estas circunstancias aterrizan hoy las nuevas medidas del Gobierno: terrazas al 100 %, más gente en buses, gimnasios o piscinas, fuera la mascarilla en el exterior si hay 1,5 metros de distancia de seguridad y, la semana que viene, reapertura del ocio nocturno.
No discuto las razones que asisten a quienes saben de esto y toman las decisiones, y comparto la urgencia que tenemos de desterrar para siempre el cubrebocas, pero permítanme que, como ciudadano, exprese mis dudas. ¿Es el mejor momento para irse de juerga por el Orzán o por la Ciudad Vieja sin mascarilla? ¿Cómo se va a controlar esa distancia mínima de seguridad?
Los jóvenes, que son los que más buscarán la fiesta, ya no es que tengan una sola dosis de la vacuna, es que no tienen ninguna ni la van a tener, en muchos casos, hasta el final del verano. Y creo que en ese caldo de cultivo la variante india prepara su festín. Al curri. Ojalá esté equivocado.
