A Coruña amanece tranquila y sin basura en la playa, aunque con restos de botellón en calles que fueron desalojadas

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Un grupo de jóvenes volcó un coche en Emilia Pardo Bazán y dos personas fueron detenidas por atracar a una pareja en Santa Margarita, pero no hubo ingresos por quemaduras en el Chuac. Controles policiales para vigilar la vuelta a casa

24 jun 2021 . Actualizado a las 21:51 h.

El día de San Xoán amaneció con la ciudad tranquila, limpia y casi sin incidencias. Las playas urbanas ofrecían una estampa poco habitual, nada parecido a la de otros años: sin gente y sin restos de desperdicios o de las hogueras. De hecho, desde las nueve de la noche del miércoles se impidió el paso a los arenales.

Solo en algunos puntos determinados de A Coruña quedaron pruebas de los festejos nocturnos, aunque el servicio municipal de limpieza fue retirándolos a lo largo de la mañana. En la plaza de España había vasos, botellas, plásticos y alguna que otra raspa de sardina tirada en el suelo. También quedaron «pruebas» de la noite meiga en el parque de Santa Margarita, en el barrio de las Flores y algún que otro vaso perdido en la zona de la Maestranza.

Algunos vecinos madrugadores de la zona de la Gaiteira, donde se celebraron sardiñadas y churrascadas, explicaban por la mañana que la gente se comportó de forma cívica y «la fiesta del fuego se convirtió en la de la comida» y les recordó «a como se hacía antes el San Xoán, que era un evento que reunía a los vecinos de los barrios o, incluso, de una misma calle».

José Francisco, que tiene 81 años y es vecino de los Castros, indicaba que evitar las concentraciones de gente en las playas «seguro que ha supuesto un ahorro importante para el Ayuntamiento en limpieza y en accidentes, porque en los últimos años el San Xoán nos ha dado muchos sustos». Su amigo Rafael, añade que quizás habría que retomar esas viejas costumbres: «Que nos deixemos de tanta fogueira nas praias e haxa máis sardiñas nos barrios, para vivir a festa cos nosos».

Elena Silveira

Óscar y Montse aseguraban que en situaciones normales está bien que la fiesta se celebre en las playas, porque se unifica el control de los fuegos y la limpieza. Pero, dada la situación actual, es lógico que hayan cerrado los arenales, «aunque es un fastidio para los más jóvenes», puntualizan. Dada la situación normal que las cierren, es fastidio para la gente joven, pero creemos que fue un acierto». En todo caso, Montse indica que  los barrios estaban a tope y estas fiestas posiblemente tendrán más adelante un reflejo en los datos del covid. «Por el hecho de que nos estemos vacunando parece que ya somos inmunes. Pero veremos las consecuencias en un plazo de 15 días, teniendo en cuenta que las cifras están subiendo», indicó.

Desde el servicio de Urgencias del Chuac confirmaron también que fue «una noche muy tranquila» No atendieron ni a una sola persona con quemaduras y la fiesta solo dejó algún perjudicado por el alcohol. El equipo de emergencias, que habitualmente tiene en la madrugada del 23 al 24 de junio la noche más complicada del año, confirmó que en esta ocasión y por segundo año, el covid restó la habitual demanda por lesionados al saltar las hogueras y redujo al mínimo la habitual avalancha de intoxicaciones etílicas.

Por su parte, el jefe de seguridad ciudadana de A Coruña, José García Touriñán, confirmó en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, que fue una noche atípica y tranquila, en comparación con otros años en los que no había restricciones debido a la pandemia del covid-19. En concreto, comentó que recibieron durante la tarde y la noche un total de 150 llamadas telefónicas quejándose por ruidos y otras incidencias. En concreto, 25 de ellas fueron por ruidos en viviendas. «En una de las actuaciones en un domicilio de la calle Barcelona, se denunció administrativamente a los causantes por infringir la Ordenanza de Contaminación Acústica», puntualizaron desde el Ayuntamiento. 

Touriñán aseguró que el único problema destacado fue el que protagonizó un grupo de jóvenes en la calle Emilia Pardo Bazán, que volcaron un turismo, un Citroën Saxo, en la vía pública. «No se pudieron localizar a los autores», confirmaron desde la Policía Local. Otro de los sucesos fue la detención de dos personas  por asaltar a una pareja que paseaba por Santa Margarita. Además, fue denunciado administrativamente un joven por infringir la Ordenanza de Limpieza, pues en presencia de los agentes arrojó al suelo varios envases de una terraza en la calle San Juan. 

García Touriñán indicó que este San Xoán fue «muy tranquilo, independientemente de que hubo mucha gente en la calle. Los barrios estuvieron totalmente llenos». De hecho, en algunos puntos, llegaron a producirse aglomeraciones de gente. En concreto, las fuerzas de seguridad tuvieron que desalojar a personas de la calle Cordelería, «totalmente abarrotada». Explicó que todas las callejuelas que van desde la plaza de Pontevedra hasta el final de San Andrés son zonas habituales de ocio nocturno y, al ser vías muy estrechas, enseguida se llenan. «Fuimos desalojando poco a poco. El caso es que los locales estaban cerrados a la una de la mañana, como marca la normativa, pero la gente se quedó fuera, en la calle, hasta pasadas las tres de la mañana. Hay que entender las quejas de los vecinos que quieren descansar porque, a pesar de que los locales están cerrados, los grupos de gente que ocupan las calles, aun hablando en un todo de voz normal, el sonido retumba y resulta molesto», indicó. 

Desde el Ayuntamiento también indicaron que, por motivos de seguridad y debido a la gran afluencia de personas que ocupaba la totalidad de la calzada en todo el tramo de la calle San Juan, a las 22.20 horas se cortó el tráfico en esta vía. A las 1.30 horas se trasladaron a este punto tres patrullas y a las 02.15 horas, la calle estaba ya completamente desalojada, pudiendo actuar así los servicios de limpieza, que terminaron sus labores a las 04.10, coincidiendo con el momento en el que se restableció la circulación. También hubo afluencia masiva de personas en la plaza de Azcárraga, en la Ciudad Vieja. A partir de las 1.30 horas la situación se normalizó, una vez que los locales de hostelería cesaron su actividad. Aunque no hubo llamadas al respecto, desde la Policía Local confirmaron que se acudió a la finca de los Mariño, ya que espontáneamente comenzó a juntarse un numeroso grupo de jóvenes para hacer botellón y escuchar música, aunque finalmente se fueron sin causar problemas. 

Además, las fuerzas de seguridad actuaron en una hoguera en las proximidades del vial que conecta la glorieta de Espacio Coruña con el campus universitario y con otra en San Pedro de Visma. «Ambas estaban siendo controladas y, tras ser requeridas las personas responsables, las apagaron», confirmaron. 

En cuestiones relacionadas con el tráfico, se tramitan diligencias a la Fiscalía de menores por un joven de 16 años que conducía un turismo sin carné. Otro conductor está citado para juicio rápido por conducir sin puntos, y una tercera actuación se salda con una denuncia administrativa por alcoholemia positiva. Durante la noche se denunciaron, además, tres estacionamientos indebidos. En la mañana de San Xoán, sobre las 11.00 horas, fue preciso movilizar una moto acuática y a los socorristas en la zona de Santa Cristina porque otro hombre, con aparentes signos de ebriedad, intentó cruzar desde Santa Cristina al otro lado de la ría.

El jefe de seguridad ciudadana aclaró, en relación a las quejas por los fuegos artificiales que se lanzaron junto a la iglesia de San Pedro, que esta iniciativa es «una constante de todos los años». Indicó que el grupo de personas que manipulan los fuegos cumplen la legislación vigente, ya que utilizan elementos de menos de 10 kilos, por lo que no necesitan pedir permiso ni un especialista pirotécnico.

Y sobre las indisposiciones en la Policía Local que se produjeron el miércoles por la tarde, Touriñán puntualizó ocurrieron en el turno de tarde y que, por lo tanto, no afectó al de la noche y al de esta mañana. «Teníamos todos los abanicos posibles de incidencias contempladas y el turno de noche ya estaba preparado cuando surgieron estas indisposiciones». Aseguró que dos de los casos estuvieron «justificadísimos», especialmente uno, debido a que el familiar de un agente tuvo que ser ingresado por urgencias en el hospital.