«Una gran persona, inteligente, honrada, buena y justa», dice de ella su amiga Almerinda González
15 jun 2021 . Actualizado a las 09:21 h.Querida Rosa, te conocí hace 62 o 63 años. Eras la bebé del campamento, con tu primera carrera terminada. Íbamos a estar un mes en el maravilloso marco de Bergondo y saldríamos con el título de instructoras elementales. Recibiríamos clases fenomenales de gimnasia, deportes, música, canciones infantiles de todas las regiones de España, populares juegos y habilidades..., que nos completaban lo que no venía en los libros de texto y que nos enriquecería en la formación de nuestros futuros alumnos. Tuve a Rosa durante un mes en la litera de arriba. A las diez estábamos en la litera, sin móviles, ni radio ni tele, pero podíamos hablar bajito hasta que se dormían las dos últimas. ¡Fijaos si nos conocimos!
No nos volvimos a ver hasta que un día fui a una gestión a la Inspección en Fernando Matías y me atendió la inspectora de guardia recién llegada, Rosa Gómez. Siguió en A Coruña hasta el pasado jueves.
Os puedo asegurar que en la vida le pedí un favor profesional. Sí consejos, dudas como jefa superior que era en lo profesional, (yo ejercí como maestra y como directora, 41 años).
Como amigas no teníamos secretos. Rosa era una gran persona, muy inteligente, honrada, buena y justa. Lo de ella no eran las relaciones públicas. Era trabajadora y resolutiva. Para relaciones teníamos a Pepe, que andaba por ahí saludando al amigo, lejos pero con telesensibilidad.
Rosa también pasó por la política, pero entendida como servicio. Vivió y murió en la misma casa. Sus cruceros eran de Juan Flórez a Neda y de vez en cuando ir a ver a sus hijos y nietos a Madrid, donde tienen sus trabajos y familia. Pero aquí también hay quien los reclama, otra hija y dos nietas preciosas que Rosa quería ver con las carreras terminadas. Aquí las verá Pepe y tú Rosa, lo celebrarás con tu papá que tan bien os entendíais. ¡Sé feliz, Rosa, te queremos!
Almerinda y muchos más.