Ruth Morán: «Este año ya he vendido cerca de mil mascarillas para novias»

Avanzar a pesar de la incertidumbre. Eso fue lo que hizo Ruth Morán (A Coruña, 1976) cuando la pandemia la dejó sin un solo tocado que vender y la obligó a cerrar su tienda de Pluma y Collar en Riego de Agua.

-¿Qué pasó?

-Pues pasó la pandemia. Y tuvimos que cerrar en octubre.

-¿Fue duro?

-Fue triste y difícil. La ilusión puesta era mucha. Aun así, nos lo habíamos planteado. Al estar enfocadas al tema fiesta, en verano nos iba bien, pero había que mantener el local todo el año.

-Cuando una puerta se cierra...

-Otra se abre, sí. Aprovechamos para cambiar la tienda física por nuestro propio atelier con atención al público, previa cita. Como también vendemos al por mayor, ampliamos el showroom que ya teníamos para poder atender ahora al cliente particular.

-¿Este año lo salvan?

-Estábamos a la expectativa de si este año habría bodas o no, y la verdad es que sí. Está empezando a haber eventos.

-¿Se anima la cosa?

-Empezó a notarse con las comuniones en mayo, y ahora se están moviendo mucho las bodas y los eventos en general.

-Eventos que aún son con mascarilla. Y usted diseña muchas.

-Estamos haciendo muchísimas mascarillas para novias, para comuniones, de fiesta... Van a juego con el look, con el cuelgamascarillas de Swaroski, con perlitas...

-¿Cómo son las de novia?

-Con seda salvaje, con encajes, con plumeti, con tejido y tul por encima, más blancas, menos, con la inicial bordada... Este año ya he vendido cerca de mil mascarillas para novias.

-¿Percibe cierta alegría?

-Sí. Además, al tener que desplazarse a Meirás, la clienta que viene ya suele tener la intención de comprar. No viene a mirar.

-No es «voy a echar un vistacito».

-[Ríe] Claro, no vienen solo a mirar. Son novias, madres de novias... Algunas ya nos habían comprado el tocado el año pasado, pero al aplazar la boda, cambiaron de idea y buscan otro estilo. Pero sí que vienen con alegría y con ganas de celebrar, sí.

-La regla de oro en esto es...

-Que cuanto más tarde es la boda, más pequeño es el tocado. Mi pena es que nunca he podido llevar una pamela. Todas las bodas que he tenido han sido de tarde.

-Pero usted disfruta cuando le piden el pamelón. ¿A que sí?

-¡A lo grande, sí! Cuanto más se lanzan, más disfruto diseñando.

-¿Hay que saber llevarlo?

-A veces, los veo puestos hasta del revés. Yo suelo hacer una foto para que en la peluquería tengan claro cómo tiene que quedar.

Pasión por los tocados: Ruth Morán contó con la ayuda de su madre, Cristina Fernández (quien creó Pluma y Collar hace 12 años), para transformar el almacén donde atendían al por mayor en Meirás (Sada) en un atelier y showroom de lo más agradable. La atención al público se realiza previa cita en el 981 624 224.

«Mis diseños han salido en varias series de televisión»

Después de estudiar diseño de interiores, Ruth Morán creó una escuela de escaparatismo en A Coruña. «Pero llegó la crisis del 2008 y todo aquello se acabó», explica.

-Tiene experiencia en crisis.

-Sí, pero tampoco me fue tan mal, porque ahí mi madre me propuso arrancar el proyecto de Pluma y Collar. Empezamos haciendo collares con cuatro bolas y acabé formándome en tocados en Sevilla e Inglaterra.

-Las inglesas sí que se atreven.

-¡Las inglesas son la bomba! En tema de tocados, se llevan la palma. Sobre todo, la familia real. Tengo una clienta que me encargó un tocado para lucir en Ascot. Vendemos por toda España y hasta desde China me han hecho pedidos.

-¿Gustan tanto aquí como fuera?

-Pues en Galicia no somos muy lanzadas, aunque cada vez nos atrevemos más, eh... En Andalucía sí, allí todo es pequeño. Las catalanas, en cambio, son más austeras y minimalistas.

-¿La que prueba repite?

-Sí. Algunas clientas empiezan con tocados pequeñitos y, poco a poco, los van pidiendo más grandes y atrevidos.

-Es un toque de estilazo.

-Marca la diferencia. Por eso mis tocados han salido también en series de televisión como Velvet y Vivir sin permiso.

-¿Cuáles son sus favoritos?

-Las diademas tipo joya, así muy abultadas, me encantan. Este año están a tope. Ahora estoy trabajando mucho con novias que llevan tocados de soldadura, que son muy especiales.

-¿Un consejo?

-No sentirse disfrazada.

-¿Se puede ir discreta?

-Desde luego. Tengo tocados desde 10 centímetros hasta 60.

-¿Orgullosa de lo conseguido?

-Mucho. A todas mis publicaciones en Instagram les pongo #hechoamano y #madeinGalicia.

-Y #madeinACoruña.

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