Históricos campeones liceístas comparten recuerdos antes del inicio de la Copa que se celebrará en A Coruña y en la que el Liceo debuta hoy ante el Voltregà

Pablo Gómez Cundíns
Periodista con más de dos décadas de experiencia en información deportiva y gastronómica.

Es la fábula del deporte chiquito que acabó convirtiéndose en el rey en una selva deportiva en la que el depredador fútbol parecía absorberlo todo. Pero con el hockey sobre patines y el Liceo no fue capaz. Porque el club más laureado de Galicia (con mucha diferencia) supo incrustarse en el corazón de los coruñeses. Y aquellos integrantes del equipo verdiblanco, no solo los jugadores, acabaron mimetizándose con el entorno. Ayer, La Voz reunió a varios de ellos en un encuentro emotivo, por los pandémicos tiempos que corren, por los recuerdos y por la Copa del Rey (que A Coruña acoge hoy, por séptima vez, aunque en tres de ellas la final fue a doble partido)

Alberto Galmán (y su padre, Fernando, mecánico que es una leyenda viva liceísta), José Luis Huelves, Willy Duarte (ambos directivos del club, en la actualidad), Kiko Alabart, Ramón Canalda y Facundo Salinas acariciaron ayer en el colegio Liceo La Paz, con La Voz por testigo, esos trofeos que deambulaban por los pasillos del centro académico. Ayer, más que el domingo, fue el día de la Copa del Liceo, aunque la de 1989 no resistió la intensidad del momento y se dejó un asa en el reencuentro.

Las mascarillas no impidieron que las emociones rebosasen por medio de las miradas de esta media docena de amigos con denominador común verdiblanco. La retrospectiva de sus trayectorias abruma. Comenzando por la primera copa, la de Alcoy. Fernando Galmán recuerda: «Queda lejos, casi cuarenta años. Yo ya estaba antes de que ascendiese el Liceo… echas la vista atrás… En aquella ocasión tiramos al entrenador a la piscina y después, ese trofeo se paseó por varios bares de la ciudad, porque eran los bares a los que yo iba, aunque decían que así perdía categoría». Era la copa del pueblo. Lo corrobora su hijo, Alberto Galmán: «Es que fue el primer trofeo, tuvo mucha repercusión. Después se realizó una buena labor de promoción y captación de cantera, con el Dominicos, a nivel de toda Galicia. Había muchas peñas en todos los barrios». Facundo Salinas insiste: «Es que el Liceo era de todos. La relación del jugador con su afición era, desde luego, mucho más cercana que en el fútbol». Canalda apostilla: «Fíjate la conexión que había, que muchos jugadores se quedaron a vivir en A Coruña».

La columna vertebral de la conversación es el poder de movilización que siempre poseyó el Liceo y la Copa tiene buena parte de culpa. Ejemplo, la final de 1996 contra el Igualada. «Empezamos a jugar en la segunda parte. En la primera no comparecimos. Otras finales las ganamos con más margen. Íbamos perdiendo y quedaban apenas unos segundos, pero hicimos la mítica y empatamos», relata Canalda. «Podrían habernos caído siete goles. Volaban. Pero todo cambió en el descanso. Y ese resurgir histórico del Liceo lo trasladamos a aquel partido, con el equipazo que era el Igualada. Mi primer título fue ese», apunta Salinas. «Y yo me despedí del Liceo con un título de Copa, la de Igualada. Y gané con el Reus al Liceo y perdí con el Reus contra el Liceo. Viví todas las caras de la Copa», contrapone Alabart.

En ese momento, el grupo hace memoria, intentando adivinar quién estaba en cada cita. Y, ante la sombra de la duda, Facundo sale al paso con humor: «Yo en algunas no estaba porque siempre hay injusticias en el deporte, no me entendían, me mostraban tarjetas azules...». Carcajada general.

Huelves hace hincapié en un detalle importante: «Mi recuerdo básico es que siempre estaba en la portería, pero, sobre todo, los recibimientos apoteósicos, en el aeropuerto, en los Cantones, en María Pita… Por desgracia, los de ahora no van a vivir eso. Será muy distinto para ellos». Salinas matiza: «Y yo lo viví en mi juventud en Argentina, de pequeño. La pasión de A Coruña por el hockey y el Liceo era superconocida en Argentina. La gente no es consciente de ello».

La Copa siempre ocupó un lugar privilegiado en el corazón de los aficionados, a pesar de no tener el prestigio de otras competiciones. El deportista lo ve de otro modo. «El título que juegas es el más importante», «de verdad le damos el mismo valor a todos», dicen Alabart y Salinas. «Pero al ser semifinal y final en tan poco tiempo es mucho más intensa», apunta Duarte.

«Lo que quieres es ganarla y apuntarla ahí. Quieres ganar porque eres deportista, seas profesional o no», confiesa Huelves. Para Fernando Galmán «la fuerza de las competiciones venía de la rivalidad entre el Dominicos y el Liceo. Eso arrasaba entre la gente. Desde los ascensos hasta los títulos de cada uno». Precisamente, esos duelos quedaron para la historia. «Alguno se dejó la oreja en aquellas pugnas por ascender, puntos de sutura… qué intensidad», recuerdan entre todos.

Con todo, nunca se aligeró la relación con el público, antes al contrario. Alabart analiza: «El formato de Copa que se acercaba un poco más a la afición era el de la final a ida y vuelta, cuando jugábamos Huelves y yo, pero el problema era que si ganabas el título fuera de casa no lo disfrutabas igual tampoco». «Pero también cuando ganamos esa Copa del Igualada, con la remontada, y volvimos a A Coruña en el autobús, estaba una grada llena en Riazor. Pensábamos que no iba a haber nadie…», relata Duarte. «Recuerda que cuando ganamos la primera Liga hubo una fiesta grande en los Cantones por nosotros», apunta Fernando Galmán. Su hijo recupera dos detalles significativos: las caravanas de vehículos que escoltaban al autobús del equipo, y las gradas supletorias, llenas a reventar.

«Se dejaba que los críos se acercasen a los jugadores. Pero también depende de que los jugadores se involucrasen con los pequeños. Es posible que eso cada vez cueste más», reflexiona alguien al vuelo.

Canalda cree que la excepción actual son los enfrentamientos contra el Barcelona. Por eso, Galmán (hijo) aprovecha para elogiar a los actuales rectores del club: «La labor que estáis haciendo ahora en la directiva es muy importante. Al ser gente de hockey sabéis buscar los mimbres necesarios para mantener ahí al Liceo». «Es que generar los recursos es muy complicado. El Barcelona, por ejemplo, tiene un club de fútbol detrás. Empezamos cada temporada de cero. No hay nada asegurado. Lo que estamos persiguiendo es que la gente vuelva a llenar el pabellón», reconoce Duarte. «Pero es un hándicap no poder meter a más gente, porque en un torneo como este es fundamental», le responde Galmán.

«Este último año y medio no se puede comparar con nada. Un horror. Pero el Liceo hizo valer que es el club más laureado de Galicia, sin parangón», señalan para remarcar: «La pandemia interrumpió una tendencia creciente. Se está volviendo a crear esa inercia ahora».

Ante el inicio hoy de una edición copera más, todos reconocen que la vivirán con intensidad. Los dos integrantes de la actual directiva, por descontado; Alabart, porque su hijo Ignacio juega en el Barcelona. «Veremos viejos amigos, nos juntaremos, nos saludaremos. Lo que te queda al final son las personas. Tenemos grandes amigos en varios países gracias al hockey. Vivimos este deporte desde que tengo uso de razón. A Coruña es la capital mundial del hockey, cómo no lo vamos a vivir con intensidad», lanzan los demás como despedida.

Nueve títulos en veintidós años, con el Igualada como víctima habitual

El Liceo ganó su primera Copa del Rey en 1982 en Alcoy. Se impuso con claridad al Reus (8-5) y fue el primer título de renombre que cayó en las vitrinas verdiblancas. Ese mismo año, el equipo coruñés se adjudicó la Copa de la CERS y gestó su primera OK Liga. Solo dos años más tarde llegó la única Copa que el conjunto coruñés ganó como anfitrión. Fue nada más y nada menos que contra el todopoderoso Barcelona, al que derrotó por cuatro goles a dos.

A finales de esa década, el Liceo volvió a engrosar su palmarés, haciéndose con las ediciones de 1988 (en Oviedo, ante la incomparecencia del Noia) y de 1989 (en una final a doble partido contra el Igualada, decidida en Cataluña por 4-3 después de un espectacular empate a siete goles en Riazor).

Oviedo volvió a ser la sede de una Copa que acabó viajando hasta A Coruña, la de 1991, en la que el Liceo ganó al Voltregà (5-1).

De nuevo, el final del decenio fue glorioso para la entidad herculina, que volvió a imponer su poderío en el torneo, adjudicándose las copas de los años 1995 (en Sardañola ante el Vic, 5-2), 1996 (repitiendo sede, contra el Igualada, 5-4 tras una memorable remontada) y 1997 (en Alcobendas, ante el mismo rival, 9-3). El Igualada volvió a caer (2-0) frente al Liceo en la final del 2004 celebrada en Jerez.

Catorce partidos de máximo nivel, retransmitidos desde hoy por la web de La Voz

Los dieciséis mejores equipos de hockey sobre patines de España se darán cita en el Palacio de los Deportes de Riazor desde esta misma mañana. Sin embargo, las restricciones derivadas de la lucha contra la pandemia dejarán fuera de las gradas a miles de aficionados en los próximos días. La Xunta de Galicia apenas ha autorizado el acceso a 1.100 espectadores por partido.

Sin embargo, todo aquel que no quiera perderse ni un detalle sobre la Copa del Rey y de la Reina, la competición más esperada del año, podrá acudir a la web de La Voz para saciar sus ansias de hockey de alto nivel, ya que la competición al completo será retransmitida en directo por medio de www.lavozdegalicia.es.

El Liceo comenzará su participación en la Copa del Rey coruñesa a las nueve menos cuarto de esta noche, frente al Voltregà. Si gana, se enfrentará al ganador del duelo entre el Caldes y el Lleida, que se celebrará a la una de la tarde de hoy y que significará el arranque de los cuartos de final del cuadro masculino. La final será a la una y cuarto de la tarde del domingo, también retransmitida por la web de La Voz.

El campeón de Europa, al asalto

En la Copa de la Reina, el actual campeón de la OK Liga y Euroliga, el Generali HC Palau de Plegamans, intentará desbancar de su trono al defensor del título, el Telecable gijonés. Ambos juegan a las seis de la tarde, pero el equipo asturiano lo hará hoy y el catalán, mañana. Si ambos se imponen en sus respectivos duelos, no se enfrentarán hasta la final, que se disputará el domingo a las once de la mañana.

CALENDARIO

COPA DEL REY

Cuartos de final

Caldes - Lleida Juev. 13.00

Liceo - Voltregà Juev. 20.45

Reus - Girona Vier. 13.00

Barça - CE Noia Freixenet Vier. 20.45

Semifinales (sábado, 12)

Ganadores del jueves 17.00

Ganadores del viernes 20.00

Final (domingo, 13)

Ganadores de semifinales 13.15

COPA DE LA REINA

Cuartos de final

Voltregà - Sant Cugat Juev. 10.30

Manlleu - Telecable Juev. 18.00

Cerdanyola - Las Rozas Vier. 10.30

Plegamans - Bigues i Riells Vier. 18.00

Semifinales (sábado, 12)

Ganadores del jueves 11.00

Ganadores del viernes 13.15

Final (domingo, 13)

Ganadores de semifinales 11.00