Fernando Pujalte, artista y proyeccionista de A Coruña: «Me veo con ochenta años dando vueltas por Galicia en esta bicicleta»

FErnando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

Dirige con su Lili Cleta el proyecto Dcine Cleta, un taller audiovisual para gente con diversidad funcional

07 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva años pedaleando y llevando su música y su cine a todos los rincones de Galicia en los que necesiten algo de animación. A lomos de su Lili Cleta -un versátil ingenio que lo mismo funciona como escenario portátil, discoteca móvil o cine ambulante- Fernando Pujalte ( A Coruña, 1970), se ha convertido en pieza fundamental del paisaje festivo coruñés. Aunque la pandemia le haya obligado a aparcar la bici, se las ha ingeniado para poner en marcha un taller de cine analógico con diversas entidades sociales de la ciudad, y este sábado se presenta el resultado.

-Le está sacando un partido enorme a la Lili Cleta. Cada vez tiene más funciones, ahora incluso una social.

-Sí, como estoy un poco jamado le he ido sacando apartados por todos lados. La Cine Cleta con el proyector, la Disco Cleta cuando voy poniendo música, la Musi Cleta cuando voy actuando con Pulpiño Viascón...

-¿Cómo nació la idea de este centro de ocio móvil?

-Yo me quedé sin trabajo y empecé en Vanenbikke, la empresa de reparto en bicicleta. Y ahí me di cuenta de lo que me gustaría hacer, actividades relacionadas con el cine y la música pero en una bicicleta. Me inspiró un francés que estaba en aquel entonces en A Coruña que vendía creps en su bici a las puertas del Teatro Rosalía. Así que me puse a buscar un triciclo antiguo y di con esta bicicleta de reparto de leche del año 66. La restauré, fue un trabajo de reciclado, casi, y la puse a andar en el 2016. Al final es todo un reciclado de recuerdos, con el cine, las canciones, la bici...

-Ha concentrado ahí todas sus pasiones.

-Totalmente. Reúne mis cuatro pasiones: la música, el cine, las cosas antiguas y pedalear. Porque con once años yo ya iba al rastro de María Pita a vender cosas antiguas. Siempre me encantaron.

-¿Y la pasión por el celuloide, por el cine analógico, de dónde viene?

-Esa la mamé en casa. La primera película que recuerdo haber visto es una de un cumpleaños mío que me ponía mi padre en Super 8. Hacíamos muchas proyecciones de cine doméstico en casa. Y cuando conocí a Ángel Rueda, el director de la Mostra de Cinema Periférico (S8), montamos Lili Films y empezamos a hacer proyecciones en público en el Polvorín, en el 2003. Fue una etapa muy bonita.

-La Lili Cleta se ha convertido en parte fundamental de la fiesta coruñesa.

-Cae muy bien y ya es muy conocida en A Coruña. Menos alguna vez, que algún policía me ha dicho que si no apagaba la música me iban a requisar el artefacto. Es que la verdad, ahora que lo pienso, es bastante artefacto la Lili Cleta... Pero en general las bicicletas caen bien. Y cada vez hay más carril bici, la ciudad está yendo en una dirección de humanizarse cada vez más, así que hay más espacio y más cultura de bici. Y si le metes música, pues mejor, a mi me ayuda a pedalear, a inspirarme.

-En estos últimos meses ha tenido que estar mucho tiempo aparcada, con la pandemia.

-Sí, pero la cosa parece que va cambiando. Me llamaron hace poco para otro uso que le doy a la bicicleta: la Taxi Cleta. Era una boda de dos chicas en el Ayuntamiento y fue precioso. Me hizo mucha ilusión volver a ir por O Parrote, María Pita... Entiendo que vamos a ir volviendo a salir poco a poco y con precaución. De hecho, este sábado tuve una actuación con Pulpiño en Santiago. Menos mal, porque tengo mucho mono de pedalear.

-¿Y no se cansa de darle al pedal?

-Tengo que confesar que tengo una ayuda. Los dos primeros años la bici no tenía batería, pero ahora tiene un kit eléctrico y va estupenda. Puedo subir toda la avenida de Fisterra montado.

-¿Hasta dónde va a llegar la Lili Cleta?

-Yo me veo con ochenta años dando vueltas en la bicicleta. Y además me gustaría que siguiera siendo esta misma. Con más cositas, sí, pero no más apartados artísticos, que ya va llegando. Aunque, a ver, no te creas que no se me ha ocurrido adaptarla en invierno para vender perritos calientes [Ríe]. Espero seguir pedaleando por toda Galicia, que aún queda algún rincón en la que no se conoce la Lili Cleta.

«Quiero despertar los recuerdos que todos tenemos de las películas domésticas»

Fernando Pujalte ha puesto en marcha el proyecto Dcine Cleta de Diversidad Funcional en las Artes Audiovisuales, dirigiendo unos talleres a lo largo de estos últimos meses en los que han participado usuarios de entidades como AIND, Cogami, Adaceco, Adcor, CAPD y la ONCE. Ahora llega el final de curso y este sábado a las 17.00 horas se presentará el resultado. El lugar escogido tiene mucho de declaración de principios, ya que es en Reciclos, taller donde se da nueva vida a las bicis y se donan a gente que las necesita, situado en el antiguo Padre Rubinos. Y es donde duerme la Lili Cleta, por cierto.

-¿Cómo ha sido la experiencia?.

-Fantástica. Son talleres para recordar cómo se hacían las películas de ocho milímetros y cómo eran las proyecciones. Aprenden algo de filmación en Super 8, el proceso de montaje y edición, aunque lo que voy buscando es despertar esos recuerdos que todos los de cierta edad tenemos relacionados con estas películas que se hacían en casa. Y el sábado tendremos el colofón, el resultado del trabajo de estos meses. Veremos las filmaciones que hicieron en Super 8, que ahora están en el laboratorio en Berlín y todavía no sabemos cómo han quedado. Además de otras sorpresas que no se pueden desvelar todavía.

-Con lo cómodo que es el formato digital, ¿por qué apuesta por formatos analógicos?

-Por pasión. Es un cine en desuso, pero no desaparecido. Y cuenta con buenos y enérgicos defensores aquí en A Coruña, como Ignacio Benedeti o Ángel Rueda. Gente que sigue enamorada de este formato, de cómo era y es ese cine. Y hay una cosa indiscutible, este cine doméstico tiene una carga sentimental enorme, que es lo más me interesa.