Traumático legado de Drake

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

Muralla y puerta de la Ciudad Vieja de A Coruña.
Muralla y puerta de la Ciudad Vieja de A Coruña. EDUARDO PEREZ

15 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Creo que el asedio del pirata Drake en 1589, cuando arrasó el barrio de la Pescadería y obligó a los coruñeses a cavar trincheras y a pertrecharse tras los muros de la Ciudad Alta para sobrevivir, tuvo que ser una experiencia muy bestia y traumática. Tan traumática, que me da a mí que de ahí procede esa querencia tan nuestra por atiborrar la ciudad de muros y hoyos; como si un impulso atávico nos moviese a protegernos desde entonces con un instinto defensivo que, pico y pala mediante, trasladamos a la urbe sin enterarnos.

De nuestra extrema proclividad al muro hay ejemplos bien visibles: esa inercia inconsciente podría explicar que hayamos hecho el Palexco para escarallar la mejor vista de Coruña. Y aunque es verdad que, casi sin quererlo, acertamos al tapar con la Domus una de las zonas más cutriñas de Monte Alto, no es menos cierto que hemos pulverizado las panorámicas de la Torre con un abuso incontenible de los mamotretos. Como Muro hemos bautizado una de las instituciones bandera de la ciudad, la lonja, y de barricadas defensivas sabe un rato nuestro Real Club Deportivo, con éxito desigual según las temporadas y la calidad de los albañiles que han ido pateando el balón en Riazor.

En cuanto a los hoyos, de aquellas trincheras del siglo XVI podría venir esa vocación por dejar la ciudad como un queso gruyer a base de párkings subterráneos, o de horadar el monte de San Pedro para atestarlo de cañones que apenas han disparado, pero que impresionan ahora a los visitantes del parque.

Desde esta perspectiva no me sorprende que lo que haya aflorado en el hoyo de la calle Fontán sea precisamente... un trozo de muro (a ver de qué tipo). Lo recibiremos con entusiasmo.