En plena primavera, en mi barrio vuelven a aparecer, a ambos lados de los portales, sendas botellas de plástico llenas de agua
28 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Las leyendas urbanas son como la moda de los 80: siempre vuelven. Si hemos recuperado las hombreras, ¿por qué no las botellas de agua en los portales para espantar a los perros?
Como una serpiente de verano, pero en plena primavera, en mi barrio vuelven a aparecer, a ambos lados de los portales, sendas botellas de plástico llenas de agua. Nadie parece tocarlas y sospecho que desaparecerán tal y como surgieron: de repente, en una especie de generación espontánea para evitar que los perritos levanten la pata junto a la puerta.
¿Pero funciona la técnica de la botella en el portal? Según el adiestrador Octavio Villazala, tiene una explicación: un perro no va a orinar donde podría beber... y si se encuentra una botella con agua clara, le evocará esa posibilidad y buscará otro sitio. «Un lobo no mea en el río», explica. Lo que resulta menos comprensible es por qué ahora, ¿qué ha pasado estas dos semanas en esos portales para que hayan optado mis vecinos por sacar la garrafa? ¿Hay una epidemia de orines perrunos? ¿O es que nadie cumple la ordenanza que obliga a limpiar lo que el animal ensucia?
Las últimas botellas aparecieron a unos portales de casa y ahí siguen, como guardias. Las veo y pienso en los cedés para espantar pájaros y bichos, los socorridos y misteriosos zapatos colgados en los cables de la luz, que por tener tienen hasta una entrada en la Wikipedia. Hasta se me viene a la cabeza la banderita roja en la maceta de Robert Redford en Todos los hombres del presidente: llenamos las ciudades de códigos secretos solo comprensibles para iniciados, que a todos los demás nos hacen pensar en mensajes ocultos y en que hay alguien, dos portales más allá, que sabe algo que a ti se te escapa.