Las gaviotas comienzan a desmadrarse en A Coruña: «Una entró en mi cocina y se comió lo que había»

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

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Elena Silveira

El servicio de control de plagas del Ayuntamiento empieza a recibir las primeras llamadas de quejas por la presencia de estas aves, coincidiendo con la época de su emparejamiento y anidamiento

14 abr 2021 . Actualizado a las 09:07 h.

«Ese día me fui de casa dejando la ventana de la cocina abierta. Cuando regresé, todo era un desastre. Una gaviota había entrado, dejando el suelo lleno de excrementos, la comida que había encima de la mesa deshecha y también esparcida por el suelo». María Arranz vive en la zona de Cuatro Caminos, en un piso alto, y su lucha contra las gaviotas viene de lejos. «Siempre han sido un poco molestas, porque pican en las ventanas e, incluso, tuve que cambiar el tendedero porque llegaron a romperlo y lo ensuciaban continuamente. Pero este año están especialmente descontroladas. Incluso se quedan mirando en las ventanas como retándote». Esta vecina cree que este comportamiento de las gaviotas puede estar relacionado con que «el año pasado, debido al covid, no se controló suficientemente la población» y ello pudo hacer que proliferasen más de lo habitual el número de aves.

Manuel Vidal, técnico responsable del contrato del control de plagas en el Ayuntamiento de A Coruña reconoce que el 2020 fue un año especial, porque la campaña se retrasó dos o tres semanas, «pero enseguida nos pusimos al día». Dice que la población, incluso, pudo descender ya que el año pasado tuvieron menos disponibilidad de comida, hubo menos puestas y, por lo tanto, menos pollos. «Tampoco tenemos la percepción de que las gaviotas tengan un comportamiento más agresivo. Simplemente corresponden al de la época de cortejo y anidamiento», indicó. De hecho, el servicio de control de plagas (se puede contactar a través del 010) está recibiendo las primeras quejas o avisos vecinales para la retirada o control de los nidos.

El ornitólogo Antonio Sandoval coincide en que al comenzar a formar huevos, las aves buscan alimentos sin alejarse mucho de la zona donde anidan. «Son aves oportunistas. Si pueden van a los pesqueros, basureros o bocadillos en el parque. Van a donde hay comida», explica. Y aclara que sus comportamientos a veces se aprecian como agresivos, sin llegar a serlo.

En todo caso, a Silvia no la dejan en paz. Esta coruñesa explica que todos los días una gaviota se mete en su terraza interior y se pasa horas picoteando y estropeando las ventanas. «Un infierno», resume su relación con esta ave. Y por mucho que intente espantarla, vuelve cada día y causa destrozos en el inmueble. Otro vecino de la avenida de Navarra relata que hace poco una gaviota «quiso llevarse los pájaros que tengo en una jaula. Se los quería comer. La suerte es que la tiraron hacia el interior y no hacia la calle». Y María Maté, que vive frente a la plaza de San Agustín, nota que «últimamente hacen más ruido de lo habitual. Aunque, desde luego, era más molesto el del botellón».

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Por su parte, Juan Cores, director de la residencia de mayores Torrente Ballester, situada frente a la playa de San Amaro, explica que las gaviotas son un problema «todo el año», aunque en esta época son especialmente molestas. En este sentido explica que las aves cogen los cantos rodados que hay en el tejado y los dejan caer sobre la cúpula acristalada del centro. También tienen que extremar las precauciones en la gestión de los residuos orgánicos y realizar continuas limpiezas debido a los excrementos que dejan continuamente por todas las instalaciones. «Son unos animales más inteligentes de lo que parecen», explica. José Bestilleiro, responsable del mantenimiento de esta residencia, confirma que han tenido que cambiar ya varias cristaleras de la cúpula: «Dejan caer los cantos rodados como si fueran bombas. Y para romper un cristal de 8 milímetros... En el tejado también hemos encontrado trozos de hueso de ternera y todo tipo de desperdicios», explica Bestilleiro.