Llevábamos 20 años mirando el puerto por la mirilla y, al fin, nos han abierto la cancela para que pasemos
30 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Llevábamos 20 años mirando el puerto por la mirilla y, al fin, nos han abierto la cancela para que pasemos. Desde el sábado, ya podemos pasear de nuevo por el muelle de Trasatlánticos, un muelle que en realidad no se hizo para que atracasen los cruceros, sino para que viésemos mejor A Coruña desde su morro, con una perspectiva de la Marina que antes solo tenían los pesqueros y los paquebotes.
Hay quien piensa que el que llevaba 20 años encerrado al otro lado de la verja era el puerto, pero, en el fondo, los que estábamos enjaulados éramos nosotros, o sea, A Coruña, al otro lado de la valla, mirando con cara de perrito abandonado los buques a través de una empalizada de acero, como cuando de chavales veíamos el porno del Plus sin descodificar ni nada, a través de las púas sin peine de la tele de pago.
Al anunciarse que iban a abrir la muralla que nos tenía encerrados al otro lado del mundo, pensé que el sábado a las ocho y media de la mañana se iba a armar en el muelle de Trasatlánticos algo así como el salto de la verja del Rocío de madrugada, que es una cosa que siempre me ha llamado mucho la atención porque los devotos no le piden la llave al cura, ni nada, y compiten por colarse como cuando de niños nos agarrábamos muy fuerte a la valla de General para decirle al árbitro lo que pensábamos de él. Ahora seguimos pensando lo mismo de los árbitros, pero ya no hay rejas en Riazor y en vez de agarrarnos a la malla, nos agarramos a Twitter para gritarle cuatro cosas a los que piensan que se nos caen los anillos por seguir en Segunda B, con lo que hemos sido.
Seguimos agarrados a las rejas de Segunda B, como en 1980, pero nos han abierto el muelle de Trasatlánticos y volvemos a caminar sobre las aguas, soñando con otros milagros bíblicos.