500 mujeres contra la indiferencia en el 8M en A Coruña

m. carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

La marcha del Día de la Mujer Trabajadora, muy menguada por el covid, reivindica a las grandes olvidadas de la pandemia

09 mar 2021 . Actualizado a las 09:54 h.

Mujeres a las que el techo de cristal les suena a chino ocuparon este lunes el centro de la movilización feminista del Día de la Mujer Trabajadora en A Coruña, marcada por la pandemia, la controvertida ley de libertad sexual impulsada por el Gobierno y el frío cortante que atravesó María Pita al final de la protesta. «Las mujeres trans también somos mujeres», recordó Sara Romero en la cabecera de la manifestación, detrás de una pancarta que llevó a primera línea a las grandes olvidadas de la crisis sanitaria. En la cola de la marcha, Helena San Román, estudiante de Medicina de 23 años, hizo la síntesis de las otras urgencias del covid y reclamó «que se valoren de verdad los trabajos no remunerados». Desde hace un año, la necesidad primaria de salvar vidas ocultó, señalaron, otras realidades igual de críticas. «Pechámonos e moitas mulleres non puideron pedir axuda fronte á violencia e o maltrato. Curiosamente a saúde era o importante», apuntó la productora audiovisual Cristina Basanta. A su lado Fernando Méndez llamó la atención sobre la brecha salarial, «a máxima estafa», indicó este hombre que advierte que el feminismo le concierne porque sin él «as mulleres nunca terían independencia».

Fueron algo más de 500 personas caminando desde la plaza de Tabacos hasta María Pita en columnas de a uno para mantener la distancia de seguridad y sin corear consignas, salvo algún espontáneo, para evitar la emisión masiva de aerosoles, como había pedido la víspera la plataforma Galegas8M en nombre de 54 colectivos. 

Histórico 2018

La organización convocante, que reunió en el ya histórico 2018 a más de 25.000 personas en el Obelisco, decidió mantener este año el lema de la protesta, «Sen coidados non hai vida», porque un año después del estado de alarma «o lema revelouse irrefutábel», recoge el manifiesto, leído por ocho mujeres al pie del palacio municipal.

«A pandemia evidenciou que o traballo dos coidados segue a realizarse sen remuneración algunha, pese a que a gratuidade do seu labor aforra custes ao sistema en coidados sanitarios, coidado de crianzas, do fogar, das persoas con dependencia, coidados das terras, da labranza, da colleita...», relata el texto, cuya lectura fue introducida por la actriz Isabel Risco con un discurso encendido en el que invitó a las mujeres a convertirse en «sachadoras e ferreiras dun mundo mellor».

Las más jóvenes ofrecieron la verdadera dimensión de los cambios. «A nuestros amigos tenemos que seguir recordándoles las cosas, pero creo que el hecho de que tengamos que estar aquí y seguir luchando y peleando después de tantos siglos ya dice muy bien la situación en la que estamos», apuntó Lucía Novoa, de 24 años.

Su amiga y compañera de la facultad de Socioloxía, Paula Vázquez, reconocía a las mujeres de su familia -«me estoy acordando muchísimo de mi madre, que me transmitió que hay que luchar por la igualdad, y de mi abuela, dos mujeres muy trabajadoras»- y lanzó un llamamiento a combatir la indiferencia. «Es lo que más rabia me hace sentir. La invisibilidad, la indiferencia. ¿Cómo en el mundo en que vivimos, viendo todo lo que pasa a nuestro alrededor, podemos ser indiferentes?», se quejó.

En la protesta, que no contó con el apoyo del gobierno local (contrario a celebrar el 8M en la calle siguiendo el criterio del conselleiro de Sanidade) y estuvo precedida por la mañana de una manifestación de la CIG que culminó en la plaza de Pontevedra y una concentración de UGT en la Palloza, se agitaron carteles de la Marcha Mundial das Mulleres, la Plataforma Feminista Galega, BNG, CC.OO. y Modepen, y muchos otros hechos a mano para denunciar la desprotección y la falta de derechos de las trabajadoras de hogar, las mujeres migrantes o las prostitutas.

A María Pita llegaron muchos hombres, y muchos de ellos acudieron solos o con amigos varones. Uno de ellos, José Manuel Sánchez Rei, profesor de Filoloxía Galega.

-Por qué está aquí?

-Por unha reivindicación que considero xusta.

-Qué reivindicación urxe máis?

-Que non haxa máis mortes e se poida vivir con dignidade. Os malos tratos.

-E qué facemos co resto dos homes?

-Didáctica, moita didáctica.