Javier Suárez Neira ha abierto una nueva y moderna botica a apenas unos metros de la anterior
04 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.En la localidad no se habla de otra cosa. Hay colas, pero no solo para comprar, sino para conocer de cerca la novedad. «No para de entrar gente. Me dicen que están encantados de que les ofrezcamos este servicio», destaca Javier Suárez Neira, propietario de la nueva farmacia de Lorbé. Una botica robotizada que ocupa 250 metros cuadrados y que se encuentra situada a apenas unos metros de la anterior. «En la otra estaba alquilado y se me fue quedando pequeña. Necesitaba un sitio más grande donde poder ofrecer más producto y atender mejor a los clientes», explica este profesional de 32 años originario de Corme pero que siempre vivió en A Coruña. Una persona empática, de las que conquistan por su sencillez. Al acabar la carrera empezó a trabajar en la farmacia de su padres hasta que decidió ponerse al frente de una propia. Buscó y buscó hasta que encontró la de Lorbé, y en el 2013 empezó a despachar medicamentos en la tierra de los mejores mejillones. Casualidades del destino, un buen día entró una clienta cuya cara le resultó familiar. Era una chica que había conocido en los años universitarios de Santiago y que resultó que vivía en Lorbé. Hasta hoy. No hay medicina para el amor. Ahí tienen a este encantador farmacéutico con su equipo delante de la espectacular instalación ubicada cerca de la famosa panadería. Una nueva construcción en la que cien metros están dedicados a zona de venta y cuenta con un primer piso con dormitorio, baño y salón para las semanas de guardia. Estos días la gente de Lorbé va a la farmacia aunque no le haga falta ningún medicamento.