Juan Manuel Díaz Villoslada: «No competimos con Oleiros, en A Coruña hay un continuo urbano»
A CORUÑA CIUDAD
La ciudad, dice, encara «procesos importantes que influirán en su capacidad de atracción»
14 feb 2021 . Actualizado a las 22:37 h.Dirige una de las áreas más jugosas, y más complejas, de un ayuntamiento. Juan Manuel Díaz Villoslada (Ourense, 1965), abogado de formación y funcionario de carrera, puede presumir de un récord en los algo más de 18 meses que lleva al frente de Urbanismo en A Coruña. Desde julio del 2019, y hasta enero, han concedido 1.159 licencias de obra, muy por encima de las dadas en ese tiempo por la Marea y el PP. Aún así, la demanda residencial sigue apretando.
-Los promotores y las empresas inmobiliarias le piden que sean más ágiles en su concejalía.
-El año pasado constituimos la Mesa por el Desarrollo Urbano Sostenible, en la que están los colegios de arquitectos y aparejadores, Aproinco (promotores) y Apecco (constructores). Acordamos con ellos criterios interpretativos del plan general (PGOM) donde había lagunas para introducir seguridad jurídica y estamos tratando de facilitar más recursos para agilizar el servicio. Queremos mantener e incrementar la capacidad porque, sí, hay más demanda, tanto en edificación como en rehabilitación, de hecho, la proporción casi se incrementó más aquí según los visados.
-En el 2020 la media de licencias otorgadas fue de 63 al día. ¿Mantendrán el ritmo este año?
-Es precipitado hacer una previsión. Estamos impulsando la ciudad central: en Someso, Labañou o San Pedro de Visma, donde hay una bolsa importante de suelo para desarrollar. Queremos movilizar en torno a mil pisos protegidos este decenio. Trabajamos con los datos de demanda potencial de vivienda de aquí al 2033 que nos dicen que A Coruña necesitaría en torno a 10.000 para los próximos diez años.
-¿Cómo se hace este cálculo?
-La Empresa Municipal de Vivenda toma como base las previsiones de crecimiento demográfico, los inscritos en el registro de la Xunta de viviendas de protección o las expectativas de cambio.
-¿En qué cambiará A Coruña?
-Tenemos por delante procesos importantes que influirán en su capacidad de atracción. La estación intermodal no solo reconfigurará la movilidad, supone una transformación urbana que dinamizará Os Mallos, Sardiñeira y San Cristóbal. La modificación del plan general va más allá del ámbito ferroviario. Otra actuación muy relevante es la ampliación del Chuac. Afectará a todo su entorno, Casablanca y Eirís. De alguna forma, se va a conectar con la finalización de Xuxán y hay que tener en cuenta Pedralonga y la Cidade das TIC. Estas operaciones van a tener impacto de aquí a varios años, como la ordenación del espacio portuario interior, y a requerir nuevos desarrollos en materia de servicios y vivienda que exigen cambios en el planteamiento urbanístico.
-¿Van a modificar el PGOM?
-A corto plazo, no vemos necesario uno nuevo. El actual, del 2013, es un buen plan general que necesita todavía un tiempo de desarrollo, pero, con estas transformaciones, puede que no en este mandato, pero sí a finales del próximo haya que plantearlo. De momento, suspendimos las licencias desde el puente de A Pasaxe hasta la playa de Oza, en el sector de la ría do Burgo, en la franja litoral. Queremos hacer una ordenación de esos suelos más sostenible y trabajar con Costas un borde que facilite la conexión con la ría para pasear, circular en bici... Esto no impide algún desarrollo residencial, pero nos lleva a una modificación importante del plan general en este sector.
-¿Hay un fuga de habitantes impulsada por el confinamiento?
-Creo que es algo coyuntural. Hay que ver cómo evoluciona el poscovid. Las ciudades son el motor de desarrollo económico y social. Es normal que haya en esta etapa una mayor búsqueda residencial en zonas periurbanas y es cierto que la pandemia ha priorizado la calidad: pisos con, balcones, terrazas y más amplios.
-¿Compiten, por vecinos, con concellos como Oleiros?
-No competimos ni hay ninguna tensión. En A Coruña hay un continuo urbano. Eso sí, no podemos poner puertas al campo, pero sí evitar más dispersión. Tenemos que consolidar más la ciudad existente, que sea más compacta, y no crecer en zonas más rurales o vírgenes del litoral, lo que implica más movilidad y menos eficiencia. Además, el impacto del planeamiento urbanístico de ciudades como esta es muy distinto al de los entornos urbanos más pequeños.
«Es importante para los alquileres intervenir ofreciendo más vivienda nueva»
Hay vecinos para los que es tanta odisea acceder a una hipoteca como a un alquiler, cuyos precios no se moderan ni en plena pandemia en el centro urbano.
-¿Es de izquierdas favorecer la obra nueva? ¿Habría que priorizar y regular antes el alquiler?
-El Observatorio sobre el Alquiler, del Ministerio de Transportes, colocaba a A Coruña en el puesto 35 de las capitales de provincia en cuanto al precio del metro cuadrado alquilado. Estamos en la media de Vigo o Santiago. Eso no quiere decir que no haya que desarrollar políticas de vivienda para los tramos de población a los que les resulta inalcanzable. Por eso, es importante para el alquiler intervenir en el mercado ofreciendo más vivienda nueva y más rehabilitación. Nuestro interés es desarrollar un parque público municipal de vivienda de alquiler. Los pisos de alquiler representan el 30 % del total. Una proporción más alta que la de otras ciudades con igual tradición propietaria. No hablamos de grandes tenedores, sino de ahorradores que compraron una segunda residencia como medio para obtener unos ingresos. No podemos pensar que los pisos están aquí en manos de grandes fondos.
-¿Por qué no hay una mayor coordinación con organismos autonómicos como Patrimonio, una de las razones de que se dilaten los trámites de las reformas?
-Es algo que hay que mejorar, sí. En el Ayuntamiento hemos introducido una mejora importante en el ámbito de la rehabilitación de los inmuebles catalogados al reducir el importe del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) en la zona Pepri. Pero, hago un llamamiento a la Xunta para desarrollar verdaderas políticas de vivienda. Hasta ahora, han sido inexistentes. En protección oficial, Galicia está a la cola de las otras comunidades.
