¿Cómo se podrían evitar derrumbes como el del edificio ruinoso de Vigo?

La Voz

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EDUARDO PEREZ

Inmobiliarias y promotoras de A Coruña piden agilidad en las licencias para reformar inmuebles abandonados

11 feb 2021 . Actualizado a las 16:02 h.

Partiendo del contado número de solares inmediatamente aptos para empezar a excavar y poner ladrillo de A Coruña, la Asociación Provincial de Promotores Inmobiliarios (Aproinco) pone el acento en las viviendas vacías, «en estado ruinoso o semirruinoso» que se concentran, sobre todo, en la zona Pepri, desde Pescadería a la Ciudad Vieja, o en barrios como Monte Alto. «A la Xunta y al Concello les decimos que agilicen licencias para volver a construir o rehabilitar. No podemos edificar en el corto plazo en O Portiño, porque no hay agua, ni luz ni calles, pero sí en esos edificios que van a acabar cayendo», dice Juan José Yáñez, de Aproinco.

Una necesidad que desde la Asociación Galega de Inmobiliarias, Agalín, extienden a las localidades limítrofes. «Se podría empezar por un plan pionero en A Coruña para identificar aquellas casas deshabitadas con las que nos cuesta dar con los dueños y extenderlo a otros municipios», explica Isabel Cotelo, la portavoz en A Coruña y Ferrol.

«Las promotoras edifican donde les dan licencia. El problema es que a veces cuesta saber qué se puede hacer», desliza Yáñez. «De esas grandes bolsas con miles de potenciales viviendas, algunas no las veremos, pasarán a la siguiente generación, porque en muchas no está ni iniciado el primer trámite. En España el plazo medio de transformación del suelo es de ocho años según Fomento. La realidad es otra, en el Ofimático llevamos 31 años», recuerda Yáñez, de ahí, insiste, la oportunidad de esta otra vía.

Como con las fincas, pero en las casas vacías

La nueva tendencia en el mercado inmobiliario que generó el confinamiento se consolida. «Se está diluyendo el concepto de segunda residencia. A veces, no es solo para el verano y se convierte en vivienda habitual. Se están creando nuevas zonas prémium», resume Juan José Yáñez, de Aproinco. La vivienda unifamiliar es el producto estrella. «En alquiler, no hay suficientes para la demanda existente», asegura Isabel Cotelo, de Será por Casas y portavoz de Agalín en el área noroeste. 

En esta nueva línea de comercialización, «todo lo que esté a 20, 25 minutos como mucho de A Coruña cotiza al alza. Para los más aventureros, tenemos promociones a 35 minutos, en Oza-Cesuras», dice Cotelo. «La venta de casas para rehabilitar aumentó en el último semestre. En la comparativa interanual, el crecimiento es del 20%», apunta, desde Fegein (Federación Galega de Empresas Inmobiliarias), Benito Iglesias.

Aunque las restricciones de movilidad redujeron las visitas, «la gente está llamando para cuando se acaben», aclara Cotelo. Desde Agalín proponen una iniciativa con los gobiernos locales del área para recuperar sus casas abandonadas para el alquiler. «Hay muchos casos en los que cuesta, si se sabe, llegar a los dueños», cuenta.

De la misma forma que se está promoviendo con las fincas o con los edificios ruinosos de los cascos antiguos, creen que sería una oportunidad, no solo de mercado, sino para crear trabajo y regenerar entornos olvidados.