El tiempo se para en Santa Cruz

Toni Silva OLEIROS / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Alixon Smith trabaja en el Preludio, que mantiene el servicio de comida para llevar
Alixon Smith trabaja en el Preludio, que mantiene el servicio de comida para llevar MARCOS MÍGUEZ

Desde esta esquina, A Coruña ahora es solo un horizonte. Los hosteleros intentan no malgastar los días mientras no se alza la barrera de A Pasaxe

08 feb 2021 . Actualizado a las 23:04 h.

Santa Cruz es la terraza oficial de A Coruña. La escapada más común de los herculinos cuando asoma el bueno tiempo. Y en estos meses de altibajos, de abrir a medias, de cerrar antes… los negocios de comida, copa o café seguían recibiendo una mínima transfusión de vida de los vecinos coruñeses. Hasta que el puente de A Pasaxe se convirtió en una frontera oficial. Después ordenaron retirar las mesas y sillas exteriores de la terraza oficial de A Coruña. ¿Qué hacen ahora los hosteleros de Santa Cruz?

Algunos aprovechan para poner el local a punto. Lo comprobamos en Casa Calixto, el restaurante más antiguo de la localidad. Junto al cartel de «Cerrado hasta nuevo aviso», se ven unas piernas en la cristalera más alta. Son la de Tino Amoedo subido a una escalera desde donde reparte brochazos de color blanco al techo del restaurante. Todos los días baja a abrir el local y tomarse un café mientras lee la prensa (el hábito es común entre los hosteleros confinados), y ahora, considera que la manera de rentabilizar este tiempo muerto es retocando el establecimiento. «En marzo, co estado de alarma, aproveitei para vernizar todo o restaurante, é que se non fas algo así te comes o tarro, isto é moi duro», espeta Tino, quien ve interrumpida su labor de pintor por las periódicas llamadas al teléfono. Unos preguntan si ofrece comida para llevar. «Non me compensa, gastar 1.500 euros en pescados e mariscos para despois vender a décima parte e tirar o resto? Non». Luego hay otros que, según Tino, «non se enteran de que vai isto, chaman para reservar unha mesa na terraza, pero vamos a ver, en que mundo viven?».

Tino aprovecha el cierre de Casa Calixto para pintar el techo del restaurante
Tino aprovecha el cierre de Casa Calixto para pintar el techo del restaurante MARCOS MÍGUEZ

Hay otros nombres clásicos de la hostelería de Santa Cruz que sí mantienen un fino hilo de ingresos gracias a la comida para llevar, como el Preludio. En este local que hace de proa en medio del paseo peatonal, los muebles se han colocado ante la puerta a modo de trinchera. Los clientes tienen el acceso justo para pedir cafés para llevar o recoger las comidas que previamente han reservado por teléfono. Especialmente la tortilla. «Por suerte seguimos haciendo muchas, es el plato que más nos piden, aunque reclaman todo tipo de comidas», explica Alixon Smith, uno de los empleados que sigue estos días al pie del cañón en el Preludio para atender a una clientela cien por cien oleirense. Ni rastro de las habituales caras procedentes de la ciudad que se ve al otro lado del castillo. «Nos llaman de Santa Cruz o de cerca, por la semana entregamos una media de 15 comidas», explica el joven. El fin de semana siempre es una incógnita que se resuelve mirando el cielo. En días de lluvia, son muy pocos los que se molestan en salir a comprar la comida. «Pero si hace bueno, como el último domingo, entonces sí, podemos hacer entre 30 y 40 comidas para llevar», señala Smith.

Algúns chaman para reservar unha mesa na terraza, pero vamos a ver, en que mundo viven?»

Casi la misma reflexión y los mismos datos lo aportan a pocos metros los responsables del restaurante El13, ubicado ante la pasarela que da al castillo de Santa Cruz. Aquí hay menús del día a 10 euros, que suben a 12,90 los fines de semana. «El sol o la lluvia nos influyen mucho a la hora de trabajar. Con buen tiempo los fines de semana supero las 40 comidas encargadas, pero si no, bajamos a 20», explica el dueño de este coqueto restaurante, Edgar Huamaní.